En esos días, Hermoso se encontraba convaleciente de una lesión, y el atrevimiento del mexicano le cayó en gracia, así que lo puso a montar a "Ra", un caballo con mucho temperamento que tras impresionantes reparos, y toda clase de protestas, no pudo tirar al joven jinete huamantleco.

Ese detalle pareció agradarle a Pablo que lo contrató como mozo de la cuadra y por algunos años Pimentel vivió de manera cercana e íntima la carrera del gran caballista navarro, algunas veces como caballerango, otras como chofer, como costalero, o lo que se ofreciera al maestro Hermoso. También, en cierto ocasión, su trabajo fue cuidar a sus hijos, por lo que su amistad con Guillermo se remonta a la infancia del heredero de esta dinastía.

El camino de Luis se separó de la familia Hermoso y regresó a México donde siguió trabajando, pero sin abandonar por completo sus aficiones taurinas. Esto lo llevó a emplearse como arrendador en ranchos y ganaderías, o apoderar algún joven rejoneador, pero siempre unido al mundo del toro y el caballo.

Años adelante Luis Pimentel tomó definitivamente la carrera de rejoneador y en 2014. Recibió la alternativa en su natal Huamantla de manos de Horacio Casas y con Emiliano Gamero como Testigo. Y también retomó contacto con Pablo Hermoso e incluso ha logrado alternar con el maestro navarro y compartir salidas a hombros en plazas importantes de México.

Este año Pablo Hermoso, en un gesto de confianza y amistad lo ha invitado a participar en la Gran Corrida de Rejones en Estella, donde le ha ofrecido su casa y una cuadra de caballos que en este momento Pimentel montará todas las horas posibles para ponerse a punto y llegar acoplado a este gran compromiso que ahora formará parte de sus mejores vivencias en los ruedos.