Hoy se cumplen 20 años de aquella tarde en la que Jerónimo Ramírez de Arellano, "Jerónimo", simplemente en los carteles, que tomó la alternativa como matador de toros, culminando así una brillante etapa novilleril que auguraba una carrera triunfal para el sobrino nieto de Jorge "El Ranchero" Aguilar.

Sin embargo, como matador, la carrera de Jerónimo ha sido de contrastes debido sobre todo a sus retiros temporales que lo han alejado de la posibilidad de mantener un ritmo adecuado y de mantenerse vigente ante las empresas y en el recuerdo del día a día entre los aficionados.

Originario de la Ciudad de México donde nació el 3 de noviembre de 1977. Inquieto como todo niño, más por los genes taurinos que corren por sus venas, Jerónimo pronto le dijo a sus padres su decisión de ser torero y con su autorización debutó como novillero a los 14 años, el 6 de agosto de 1995 en Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala, cortando su primera oreja.

Con 40 tardes toreadas, en las que había cortado 31 orejas y siendo tercer lugar del escalafón novilleril mexicano, se presentó al año siguiente en la Plaza México, alternando con César Castañeda y Julián López "El Juli", ante un encierro de la ganadería De Santiago.

Fue en ese época cuando apoyado por Tauromex, del empresario y ganadero Carlos Peralta, viajó a España y Francia donde hizo campaña novilleril y participó en el I Encuentro Mundial de Novilleros.

"En ese Encuentro participamos novilleros de todo el mundo taurino y tuve la fortuna de ser invitado en su primera edición acompañado de mi amigo El Cuate Espinoza, para torear un total de ocho novilladas, seis en España y dos en Francia. Uno de mis recuerdos más bonitos fue en La Maestranza de Sevilla al escuchar la música desde que salí con el capote aquella tarde del 14 de mayo de 1998, tarde que alterné con Ángel Gómez Escorial, El Cuate y Alberto Ramírez", recuerda el diestro.

Jerónimo fue el triunfador del I Encuentro Mundial Novilleril, pero un mes antes en la plaza de toros de Leganés, vecina de Madrid, el 3 de abril fue invitado a un festival taurino organizado por la Asociación de Matadores de Toros, Novilleros y Rejoneadores y tuvo el privilegio de alternar con Rafael de Paula, Curro Vázquez, José Mari Manzanares, Pedro Gutiérrez "El Capea", Rivera Ordoñez y José Tomás.

Así, con 75 festejos menores en su haber, la tarde del 6 de febrero de 1999 en "El Relicario" de Puebla, recibió la alternativa de manos de Enrique Ponce y como testigo Rafael Ortega, con el toro "Editor", de la ganadería de Lebrija.

"Al cumplir hoy estos primeros 20 años como matador de toros le doy gracias a Dios por este tiempo que he sido tanto novillero como matador, porque las experiencias que viví y que espero seguir viviendo, han sido únicas, desde triunfos importantes y también no han llegado los triunfos y he tenido tardes muy duras. He tenido que truncar mi carrera dos veces, dos años, pero gracias a Dios he podido retomar y he agarrado fuerza. Ver estos 20 años de matador me llena de recuerdos muy significativos".

Sus retiros han sido por diversas causas personales, y sin avisar a la afición, pero cada vez que ha regresado a torear lo hace con más ánimo de recuperarse, según afirma: "Mis retiros temporales de los toros fueron porque necesitaba un tiempo para reencontrarme como torero, además de que tuve problemas personales que atender en Argentina de donde es originaria mi esposa María Soledad con la que me casé precisamente hace ocho años, el 5 de febrero del 2011 en Córdoba, Argentina".

Jerónimo es uno de esos toreros que destilan sabor y sentimiento en cada lance o pase que ejecuta y que con ese aroma de toreo antiguo, llena la pupila de los más apasionados aficionados en el tendido.

"Mi carrera ha sido muy difícil, por todo eso. Como profesional he tenido que saber que tengo que remontar mucho en mi profesión esas veces que trunqué mi carrera. El estar en la lucha aquí en México es difícil, todos los toreros vienen buscando un puesto y cuando llegan las oportunidades hay que tratar de agarrarlas, a veces ha pasado, a veces no nos hemos subido a ese tren, pero eso es lo bonito, lo que te va forjando como torero, lo que te va dando madurez".

Pero en esta etapa en la que toreros de su camada se están retirando como Federico Pizarro, Ignacio Garibay y Alfredo Ríos "El Conde", el diestro avecindado en Tlaxcala, dice que algún día le tocará escuchar también "Las Golondrinas": "Ya estoy en la última etapa de mi carrera, pero mientras la ilusión siga espero estar en los ruedos no sé cuánto tiempo, eso Dios lo dirá. Pero si el poco tiempo o mucho que esté vistiendo de luces trataré de vivirlo lo más profesionalmente y con intensidad".

Al respecto de esta circunstancia, Jerónimo comenta que "hay un pensamiento desde el principio de novillero, no de ahorita, que hay que retirarse cuando estás en el mejor momento; la verdad estoy en mi mejor momento, a la mejor también pronto me pasará por la cabeza el retirarme. Los toreros tenemos una curva que un día estás arriba y luego estás abajo, no me gustaría retirarme cuando venga abajo, por el simple hecho de que me gustaría que el público me recuerde en mi mejor etapa y como un gran torero".