Realizan varios estudios clínicos a Romero
Para diagnosticar correctamente las molestias que padece
Antonio Romero ha estado en distintas consultas médicas en la Ciudad de México para determinar con exactitud el diagnóstico tras el fuerte golpe que le dio el toro de El Paraíso durante la corrida que toreó en días pasados en la localidad peruana de San Juan de Chauca.
"El golpe fue tan fuerte que me produjo un amplio hematoma en el muslo izquierdo. Como el pitón no rompió la piel y no causó destrozos graves, la decisión de los doctores es drenarlo a base de terapias de rehabilitación para que se vaya desintegrando, en vez de operarme. La técnica que se utiliza es con rayo láser, ultrasionido y estimulación de la zona afectada", comentó Romero.
Al respecto de la contusión que tiene en la parte baja de la espalda, ya se hizo un estudio radiológico para descartar una lesión en el hueso sacro, pues está muy inflamado, y se encuentra a la espera de recibir el resultado de la placa para ser observada. Y al respecto del golpe que sufrió en la cabeza, afirma que por momentos se la ha nublado la vista del ojo izquierdo o ha llegado a percibir una especie de interferencia, y es algo que preocupa a los doctores que lo están atendiendo.
Para poder establecer un diagnóstico preciso de este padecimiento, el torero zacatecano se ha sometido a una tomografía que también le entregarán en las próximas horas para ser evaluada por un neurocirujano, ya que también ha sentido náuseas y ha tenido pérdida de equilibrio y dolor de cabeza.
Así explica Antonio Romero lo que ocurrió:
"El percance se produjo casi al final de la lidia, cuando intentaba doblame con el toro con el objetivo de prepararlo para la muerte. En un descuido el toro me prendió por el abdomen y luego me pasó al otro, y quizá ahí fue cuando el pitón golpeó el hueso sacro.
"El momento fue muy angustiante porque me llevó colgado del pitón hasta el tercio contrario hasta que me estrelló contra la pared. Ahí fue cuando se rompió la taleguilla y caí de cabeza. Una vez estando derribado sobre la arena, el toro me tiró un fuerte derrote en la cabeza y fue que me abrió una brecha. En ese instante mi cabeza golpeó contra una puerta y ahí perdí el conocimiento.
"Una vez que ya estaba en el burladero perdí otra vez el conocimiento y decidieron retirarme del ruedo, pues también se dieron cuenta de que tenía la herida de la cabeza y yo sentía fuertes dolores en la espalda.
"Después de revisarme en un cuarto que hacía las veces de enfermería me llevaron a Lima en una camioneta-ambulancia y ahí me abrieron la herida de la cabeza, que había sido suturada sin anestesia, con la finalidad de limpiarla bien y volvieron a ponerme varios puntos de sutura. También me dieron analgésicos y desinflamatorios antes de que abordara el avión para regresar a México, pues preferí volver para atenderme aquí en casa".
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