El proyecto novilleril anunciado anoche en la Plaza México tiene visos de convertirse en algo muy importante de cara a los próximos años, así que esperemos que este esfuerzo rinda los frutos esperados para que se consoliden los toreros con posibilidades de escalar peldaños en tan compleja profesión, y que también sirva para descubrir a los nuevos valores de la tauromaquia.

Aunque en el pasado se han organizado ciclos novilleriles relevantes, como en su día lo fueron la Feria Nacional del Novillero, El Encuentro Mundial de Novilleros o, más recientemente, Descubriendo un Torero, parece que esta sinergia entre las distintas empresas podría marcar un rumbo definido en la producción de toreros.

Y aunque este término de "producción" puede sonar un tanto inapropiado para una cuestión tocada por el arte, la empresa necesita generar esos productos que contribuyan a renovar las generaciones de toreros con un margen más estrecho entre unas y otras, y que no exista una laguna tan grande como la que ya se padeció a comienzos de la década anterior.

Así que si las empresas no se involucran en este asunto, difícilmente se tendrá una baraja taurina nacional que interese a la gente, ya que de un tiempo a la fecha ha sido muy notoria la reducción de festejos en el escalafón menor, un hecho que, a largo plazo, incide negativamente en el surgimiento de toreros que puedan sostener a la Fiesta Brava y que sean los que brinden equilibrio a las combinaciones de los carteles de las grandes ferias y temporadas.

Porque, ciertamente, y a pesar de los esfuerzos que ha habido, ha faltado ese elemento que permita cohesionar lo que sucede en el circuito anual, que de hecho nunca había tenido una programación adecuada, a fin de que los novilleros más destacados no paren de torear, pues es la única manera de seguir avanzando.

Es el momento de dejar de lado ese paternalismo maletendido y apoyar a los que realmente puedan llegar a ser toreros interesantes, y aglutinar el esfuerzo en unos cuantos nombres, no obstante que, en un principio, el abanico se abra para ver dónde "salta la liebre", como se dice coloquiamente.

Porque toreros siempre ha habido, sólo falta que quienes se dedican a dar toros, tengan la suficiente sensibilidad y talento para apoyar a los que valen la pena. Y que no sólo eso, sino que también se prepare su despegue una vez que hayan tomado la alternativa y no únicamente les den una tarde para abrirle plaza a una figura extranjera para después dejarlos abandonados en la cuneta.

Ojalá que esta iniciativa sea apoyada por todo mundo con el afán de cerrar filas por un bien común, y que los gestores de las novillada en las distintas plazas no se dejen llevar por compadrazgo, amiguismo o recomendaciones, sino por exigir que esas oportunidades que se van a dar, sean aprovechadas con una auténtica vocación torera y esa actitud que nunca puede faltar en los novilleros.