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Historias: Más sobre el eclipse

Miércoles, 23 Ago 2017    CDMX    Francisco Coello | Foto: Archivo   
"...algo relacionado con este hecho y lo taurino..."

Hace dos días ocurrió, aunque en forma parcial, un eclipse de sol, acontecimiento que evidentemente produjo una natural capacidad de asombro entre quienes lo observamos. Tal circunstancia, de inmediato me llevó a buscar entre las curiosidades algo relacionado con este hecho y lo taurino en el pasado… y encontré los siguientes datos que ahora comparto con ustedes.

El Tiempo, del 7 de marzo de 1886, p. 1 nos recuerda algo sobre EL ECLIPSE. CIUDAD DE MÉXICO, D.F. Una nube entrometida cubrió la tarde del viernes pasado (5 de marzo de 1886) el globo del sol, en los momentos en que principiaba a verse el fenómeno de su conjunción con la luna.

Un momento pudo verse el eclipse, cuando ya llegaba a su máximum; pero fue de poca duración ocultándolo de nuevo la nube.

En cambio, se veían agitarse en las azoteas y observatorios de esta capital, y por todos los rumbos, hasta en las más lejanas perspectivas, multitud de gentes armadas con anteojos y vidrios de colores.

Un eclipse total de sol tuvo lugar a principio de este siglo, siendo visible en esta capital. La oscuridad fue total en los momentos mismos en que se lidiaban toros en la plaza de San Pablo. Las gentes estaban atemorizadas.

Viéronse lucir las estrellas como si fuera de noche y los gallos entonaron un coro general en toda la capital, secundados por los ladridos de incontables perros.

Pues bien, la primera gran duda que genera tal remembranza es dar con la fecha de aquel acontecimiento celestial. Todo parece indicar que el fenómeno sucedió la tarde del 21 de febrero de 1803, tal cual lo recuerdan las páginas de la Gaceta de México, publicadas el 11 de marzo siguiente.

Ese 21 de febrero de 1803 fue lunes según lo revela un gran "calendario" cuya información va de 1821 al 2080, el cual me es muy útil. Así que, día lunes, hora en que llegó a “eclipsar enteramente”, 3 y 58 m. Y sigue el apunte: "Se demoró en la tiniebla dicho eclipse 4 minutos en cuyo tiempo se dejaron ver las estrellas de primera y segunda magnitud. Comenzó a observarse la emersión a las 4 y 2 m. quedando el Sol libre absolutamente de la sombra a las 5 y 4 minutos".

Por supuesto todo lo anterior ocurrió en dichas horas de la tarde, y aunque no tuvo las magnitudes del ocurrido el 23 de agosto de 1691 y que detalla Carlos de Sigüenza y Góngora: "Fue el nuestro de la mitad de aquel en el tiempo de la mayor obscuridad; pero fue esta tal, que quedaron las calles como antes de que amanezca, y en las casas fueron necesarias luces artificiales para distinguir los objetos y seguir sus maniobras".

Un nuevo y espectacular eclipse total de sol ocurrió hasta el 12 de febrero de 1831.

Todos estos datos son importantes pues nos indican que el 21 de febrero de 1803, además del gran acontecimiento, hubo toros. En aquellos años primeros del siglo XIX era común la celebración de espectáculos entre semana, lo que no necesariamente indica que se ajustaran al día domingo, pues la organización de ciertas temporadas, sobre todo en apego a fechas religiosas, significaba armar un bloque de festejos que se daban de lunes a viernes, salvo casos específicos, como lo indica un “Aviso al Público” del 16 de diciembre de 1815 el cual señala:

"Las corridas se celebrarán por las tardes, comenzando después del despejo, a las tres y media en los meses de Invierno, y a las cuatro en los de Primavera, excusándose las de las mañanas para que no tengan tanta distracción los Artesanos y demás, sino que aprovechándolas con afanar su trabajo, puedan lograr la diversión sin desatender los talleres, con cuyo objeto igualmente está dispuesto que sean los días de fiesta, a excepción de las festividades más solemnes, y Lunes de cada Semana, cuando no haya necesidad de mudar la tarde, o de aumentar otra en la Semana; en el concepto, de que las de días de fiestas se lidiarán Toros despuntados como en Jamaica, Plaza de D. Toribio y Palenque de Gallos, porque no están permitidos los puntales, y las tardes de días de trabajo serán puntales”.

Lamentablemente no tengo más información que esta, la cual no necesariamente podría ser la que corresponda o coincida con los hechos del eclipse del mes de febrero de 1803. Sin embargo, el día en que ocurrió, así como por la hora del mismo; y ateniéndome a lo que el Reporter anotaba en El Tiempo, por ahora todo podría inclinarse a la confirmación del asunto. 

Alguna duda que queda de todo lo anterior es que en la propia nota de El Tiempo su autor refiere a la plaza de toros de San Pablo, que de hecho estaba en pie por entonces. Sin embargo, al localizar otro registro periodístico de la época, se puede entender que además de la de San Pablo, funcionaba la del Volador, plaza en la que se presentaban los espectáculos de mayor ostentación. Digo lo anterior, pues aquella fue una época en que se solían presentar grandes puestas en escena, y ello significaba ensayar en espacios previos, como vino a ocurrir también con la plazuela de los Pelos o la del Baratillo.

Pero también con otra ubicada en el Paseo nombrado de Bucareli, de ahí que pueda suponerse que en el ensayo correspondiente al día 21 de febrero de 1803, previo al de los grandes festejos por ocurridos en el Volador también hayan ocurrido los hechos en que el eclipse se convirtió en telón de fondo. Veamos qué dice la Gaceta de México del 11 de marzo festejos, los más inmediatos al 12 de febrero:

"Estando determinado por S.M. se celebre el ingreso al Gobierno de los Exmos. Señores Virreyes con corridas de Toros, se verificaron las correspondientes al que hoy con tanto acierto nos gobierna en los seis días de trabajo de la semana anterior a las Carnestolendas y en los dos últimos de ellas, no habiéndose verificado desgracia de consideración".

A el efecto se construyó una hermosa Plaza en la nombrada del Volador de uniforme perspectiva, se eligieron Toreros y ganados de los más acreditados, y se hicieron en tiempo oportuno los ensayos acostumbrados en otra plaza hacia el Paseo nombrado de Bucareli. Total, ¿San Pablo, el Volador o el Paseo de Bucareli? Cosas veredes.



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