Estamos hoy a punto de apartar y enchiquerar un lote de toros de una sangre sin par. Toros que llevan en su ADN el sudor y el talento de ganaderos con el apellido Domecq que tomaron esta vacada hace tantos años con el legendario hierro del Duque de Veragua, y que se fue formando en las sangres y tierras  de Parlade, de Tamaron, de  Mora Figueroa y de Conde de la corte.  Ahí es nada.

Como es de justa tantas veces la vida que hoy, muchas  décadas después, en pleno siglo XXI, aún seguimos nombrando y honrando a ganaderos tan ilustres. 

El sólo hecho de pronunciar estos nombres hace que el recuerdo nos erice el vello del corazón y nos provoque una nostalgia que afortunadamente no es pasado, sino que es presente y futuro . 

Y lo es porque  desde que en 1983 Jandilla comenzara a lidiarse con su propio nombre y con el hierro actual de la Estrella (primero de la mano de Fernando Domecq y, posteriormente, desde 1987, encauzada y encumbrada por don Borja Domecq Solís), estos toros han ayudado con su bravura selecta  a la evolución de la Tauromaquia.

A esta y a otras ganaderías les debemos el viaje universal del toreo  hacia su percepción como arte. 

En este coso, uno de los pilares del toreo, han gozado las máximas figuras de la bravura de los toros de Jandilla, de tal forma que ya son un clásico. Usamos a veces la palabra Clásico de forma vulgar y resulta que Jandilla cabe en cualquiera de las acepciones que el Diccionario de la Lengua tiene para este adjetivo. Jandilla es clásico en Bilbao porque es modelo, porque proviene asimismo de lo clásico, porque es tradición culta del toro, y porque su importancia le ha llevado a ser parte del historia del toreo. 

Mi respeto entonces para don Borja Domecq Solís y por su hijo don Borja Domecq Noguera.

Con el permiso de ellos y de todos ustedes, déjenme que tenga hoy  , un recuerdo de admiración y respeto para don Juan Pedro Domecq Solís, que hoy nos falta, pero al que  siempre  admiré como ganadero avanzado,  al que tanto debemos todos.

Expresado este recuerdo para honra y memoria ,  hermano,  uno y ato frente a todos ustedes y para siempre, los nombre de Bilbao y de Jandilla.

Bilbao es historia del toreo y Jandilla lo es también. Lo son por separado y lo son en mancuerna,  pues Jandilla y Bilbao son una collera que tantas tardes de gloria nos ha dado. Voy a referirme a presente de Jandilla en Bilbao. Es decir, al recorrido del recuerdo que está  al alcance de todos nosotros . 

Este presente que vivimos, me permite afirmar que las teorías con tintes de acusaciones sobre el monoencaste Domecq es una falacia que no llega a rozar a la verdad mas primitiva. Primero, porque Domecq, Domecq, de verdad, no hay tantas ganaderías.

Segundo, porque cada hermano de este apellido dio a sus toros su tipología y su condición, hecho que las ha  diferenciado dentro del común denominador de la bravura contemporánea. Estas ganaderías familiares se parecen en la raíz del alma, pero tienen cuerpo y corazón ya distintos y separados. 

Y, tercero, porque el toro de Borja Domecq es ya inimitable e inconfundible.

Es un toro fuerte. Serio de cara. Siempre musculado en su cuerpo, proporcionado en sus líneas, pues su ganadero busca el toro corto de manos, rematado y bajo de agujas. Con mirada de hombre que vende cara su vida y, al mismo tiempo, de mirada noble para quien con él se entregue. 

Eso por fuera. Por dentro hablamos de un toro bravo y enrazado. La bravura en el toro,  vendría a ser el talento en un ser humano. No siempre los talentos son iguales.

Por eso en Jandilla, a veces,  hallamos a un toro con una bravura de más clase y suavidad, sin inercias ni velocidades para torear, sino un toro para  enganchar con los vuelos de la muleta y por debajo de la plata del pitón. De humillada embestida y de entrega creciente al tomar el engaño con el pitón de dentro. Eso que algunos llaman "colocar la cara" o "hacer el avión".

Hay en esta ganadería también, tantas veces, el toro de bravura fuerte y enrazada. El toro que emociona con menos sutileza pero con la grandiosidad de la entrega generosa al esfuerzo. Un toro para todos los tercios. Un toro que se decanta pronto por su acometividad.

Déjenme que recurra, hoy, aquí, en Bilbao,  a la trayectoria de un torero que ya no está entre nosotros, para situar a estos dos tipos de toros que he mencionado. Me refiero a la trayectoria con toros de Jandilla de  Ivan Fandiño, que Dios lo tenga en su gloria. 

He mencionado al  toro de clase. Bravo de clase y de entrega crecida,  para torear sin inercia y con los vuelos de la muleta fue "Lagunero" y lo disfrutó Fandiño el año pasado. Su última tarde en esta plaza. 

Toro de bravura exigente, de bravura fuerte, de bravura que se convierte en entrega al ser dominado, fue "Cachero", al que Fandiño toreó superior en 2013. Cortó una oreja, pero en mi humilde opinión debieron ser dos. 

(No se me enfade el señor presidente Don Matías, que agua pasada no mueve molino).

Estos dos tipos de toros son los que saltan en esta ganadería de Jandilla.

Pero les diré más respecto a la memoria de Fandiño. La mejor  tarde de su vida ha sido en esta plaza y con toros de Jandilla. En la feria de de 2012 cortó una oreja a cada uno de sus toros en una actuación, siguiendo mi humilde opinión, memorable.

Estos son los ejemplos que he querido recordar para describir el toro actual de Jandilla. Alguien me dirá algo sobre el malo. Y yo les diré que de los toros malos, pues no me acuerdo. No es que no existan pero son accidentes que, como los accidentes gramaticales, se escriben sin el deseo de ser escritos. Como ganadero, me consta que los toros que no embisten, fueron criados con el mismo amor y desvelo que los toros de bandera.

Saben ustedes que en mi país las faenas de muleta son largas y las de aquí mas breves. Le haré caso a Don Baltasar Gracián con aquello de que "lo bueno, si breve, dos veces bueno". A los que yo añado, "en tierra de buen pan, no alardees de trigo".

Señor Borja Domecq Domecq Solís, señor Borja Domecq Noguera, espero haber estado a la altura de su historia y de su presente y futuro. Que Dios les de salud para seguir en esta pasión que es el toro bravo. 

Señores gestores de esta incomparable plaza de Vista Alegre de Bilbao, les deseo lo mismo de todo corazón.

Señores de la Junta Administrativa y del Excelentísimo Ayuntamiento: les ruego que sigan fieles a la fiesta de toros.

Señores aficionados, mantengan la fe en su Fiesta, porque si la mantienen y se mantienen unidos, las modas de acoso al toreo solo serán modas pasajeras.

Señores toreros que hoy tienen la suerte y el honor de hacer el paseíllo en Bilbao, que Dios les de suerte y que la corrida de Jandilla les embista. No me cabe ninguna duda de que harán honor al traje de luces.  

Gracias por hacerme sentir en casa. Gracias por la invitación y por este honor. En México, todos ustedes tienen su casa. No está tan lejos cuando se habla el idioma del toro. Las puertas de mi rancho que acoge a la ganadería de San Constantino están abiertas para todos ustedes. A veces pienso que los campos de criaderos de bravo son un país inmenso que Dios troceó en muchos países, pero que somos la misma tierra.  

Que Dios y la suerte estén esta tarde de nuestro lado. Esta y todas las tardes de esta grandiosa feria. Sientan ustedes el orgullo de su tierra. De sus raíces. De sus costumbres. Tengan memoria para los antepasados y fe en las nuevas generaciones.

Que vivan ustedes muchos años y que viva el toro de lidia  todos los días que va a vivir este mundo nuestro.

Muchas gracias a todos.