Culminó la Feria de Huamantla con una corrida de toros en la que se alzó como triunfador Angelino de Arriaga al pasear la única oreja concedida, mientras que el rejoneador Luis Pimentel dio una vuelta al ruedo tras su actuación al abrir plaza.

Tuvo en sus manos Angelino de Arriaga el mejor lote del cárdeno encierro, consciente de la oportunidad salió a recibir de rodillas en los medios a su primero aunque al distraerse éste prefirió incorporarse y darle ahí buenas chicuelinas con revolera al rematar.

Intentó clavar banderillas dejando un par al violín pues las primeras no clavaron quedando en la arena y solicitó el cambio; bravo el toro repetía con prontitud metiendo bien la testa lo que aprovechó el torero en series de buena ejecución, que no resultaron abundantes cuando se le empezó a quedar el astado; buscó entonces la Igualada logrando estocada en la yema de rápido efecto recibiendo una oreja después que se ordenara arrastre lento.

 A su segundo cárdeno claro, de clara embestida y ovacionado en el arrastre poco le hizo de capa; tomó los palitroques invitando a su peón junto con el aspirante que aun siendo buenos banderilleros creemos que resta categoría.

Con la muleta empezó acoplándose por el pitón derecho sin estrecharse, mejor se vio al natural en otra buena labor empañada por dos pinchazos antes de medio espadazo, y la manera de encarar al juez en demanda de algún premio. El biombo se mantuvo y no hubo tal, entonces vino la vuelta por iniciativa propia.

Con suavidad en lances, Fermín Rivera saludó al primero de lidia a pie, que repetidor le dio oportunidad de ligar muletazos de buen trazo con la diestra, no teniendo el mismo recorrido cuando se puso el engaño en la zurda; entonces volvió al perfil derecho con menor resultado tras lo cual buscó la Igualada fallando con el acero, se fue a la barrera en silencio.

Ante el discreto cuarto, discreto estuvo el torero durante el primer tercio aunque ya con la muleta le vimos doblarse con torería, luego supo colocarse a la distancia necesaria en pases lucidos que no llegaron a más, debido a que el astado se empezó a distraer y todo se esfumó; sus desaciertos con la toledana le significaron dos avisos y después silencio.

El menos afortunado con su lote fue Gerardo Rivera, que en tablas recibió al tercero de embestida incierta, se lo llevó bien por delante tratando de fijarlo y en varas le hicieron mucha sangre. El torero con deseos banderilleó sin poder lucirse. El toro llegó muy mermado de fuerza al tercio final aunque por momentos metiendo bien la cabeza del lado izquierdo para que Gerardo mostrara su empeño en labor silenciada al final.

El que cerró plaza pocas opciones ofreció desde el capote, mostró el torero voluntad de nuevo al banderillear clavando dos pares bien igual; en el último tercio cambió la decoración pues el toro empezó a mostrar tendencia a los tableros, lo que hizo que el torero abreviara con una estocada caída escuchando algunas palmas.

Abrió plaza el rejoneador Luis Pimentel, que tuvo regular desempeño con un bravo ejemplar, al que le dejó rejón de castigo pescuecero, y banderillas largas y cortas de mejor colocación. Los Forcados Amadores de Puebla consumaron la pega al segundo intento por conducto de Francisco Aguilar Pineda, siendo ovacionados. Luis falló con el rejón de muerte; sin embargo salió a saludar dando luego la vuelta con el forcado de cara.