Viviendo un buen momento de su ascendente carrera se sobrepuso Sergio al desánimo de su primero, y en el sexto salió con gran celo lanceándolo con temple y gustándose sobre todo en la media del remate.

Impuso su torería construyendo una faena que aun breve mantuvo el interés del público y la emoción, culminando cuando el torero se engolosinó en la estocada y fue prendido en forma aparatosa aparentemente sin consecuencias, volvió a la cara y acertó en el primer descabello siendo premiado con un apéndice, mas la insistencia de la concurrencia orilló al juez para que entregara la segunda, consideramos que una era lo correcto.

Ovacionado de salida fue su primero con emotividad y rápido de patas, el propio matador se encargó de colocarlo sin intervención de la cuadrilla. Se dobló en principio con suavidad y hasta ahí todo pintaba bien, luego el animal marcó su tendencia a tablas.

En esa zona toreó el apizaquense con entendimiento y exposición, colocó una estocada honda que hizo doblar al toro sin embargo cuando sintió al puntillero se reincorporó,  lo que pudo haber sido un trofeo quedó en fuerte ovación después que le sonaron un aviso

Fermín Rivera lanceó al que abrió plaza más para probarlo que para buscar lucimiento, dibujando algunos lances fundamentales. En los primeros muletazos el animal perdió las manos, sin embargo con solvencia el torero potosino logró llevarlo bien por ambos lados, al pinchar en demasía se retiró en silencio después de un aviso.

Más asentado se vio en su segundo sobre todo con la muleta, logró momentos lucidos que entusiasmaron al público, el toro se fue a  tablas y ahí buscó la Igualada para dejar estocada contraria llevándose una oreja.

Buenos procedimientos de Juan Luis lanceando por delante a su primero, que llegó al tercio final sin terminar el recorrido de los pases razón por la cual optó por tirarse a matar y al fallar repetidamente le sonaron un aviso.

Lució mejor ante su segundo al torear de capa tanto en los lances de recibo como en el quite cuidando siempre la lidia; el astado se defendía y Juan Luis estuvo machacón con poco resultado, abrevió  dejando un espadazo hondo y caído sonando algunas palmas.