Fue hasta el toro de regalo cuando la gente pudo solicitar la concesión de trofeos para Pablo Hermoso, que estuvo como siempre, buscando el lucimiento y manteniendo mucha comunicación con el tendido, lo que como en prácticamente todas las plazas de nuestro país, le ha servido para mantener su etiqueta de consentido y generador de grandes entradas.

El toro que hizo séptimo correspondió a la ganadería de Campo Hermoso, y de salida no parecía albergar esperanzas, ignorando la cabalgadura de Pablo y doliéndose tras el primer rejón de castigo. Sin embargo mejoró en banderillas y permitió el lucimiento del navarro, que alcanzó los momentos de más brillantez en tres vueltas al ruedo a dos pistas, con el toro cosido a la grupa, y en el par a dos manos. Dejó el rejón de muerte muy trasero pero de resultado efectivo, lo que hizo que la gente exigiera las dos orejas.

Abrió plaza con un toro de Fernando de la Mora, de buen estilo para las cabalgaduras pero al que quizá le faltó un punto de pujanza, y con el que estuvo a buen nivel, aunque falló con el rejón de muerte y sólo escuchó palmas. Con su segundo no pudo brillar, ya que le faltó gas al toro y además estuvo desatinado con el rejón de muerte, razón por la cual la gente “exigió” el regalo de un toro, a lo que Pablo accedió.

Juan Pablo Sánchez tuvo una actuación redonda, estando por encima de las condiciones de los dos toros que le correspondieron en el sorteo. A su primero le toreó bien a la verónica aunque llegó con el recorrido medido al último tercio, y pisándole el terreno logró sacarle los pases de uno en uno, terminando cerca de los pitones para contrarrestar lo deslucido de las embestidas. Colocó una estocada entera y algo tendida pero que fue suficiente para conseguir su primera oreja.

Conseguiría dos más en el quinto, justo de fuerzas y al que se lidió caóticamente en el tercio de banderillas. Con la muleta mimó las embestidas a media altura, consiguiendo buenas series por el pitón derecho. Terminó su faena de rodillas, ya con la gente metida en la faena, y dejó una estocada entera en buen sitio, lo que le permitió redondear una buena tarde en La Luz.

Y el debutante, Ginés Marín, dejó una buena impronta entre la afición leonesa, mostrando buenas maneras y mucha voluntad para obtener el triunfo. En su primero mostró variedad con el capote, recibiendo con verónicas y chicuelinas y quitando por saltilleras. Inició su trasteo muleteril con un par de pases cambiados por la espalda, aunque el toro tenía la fuerza y el recorrido justos. Tras unas manoletinas finales dejó una estocada muy trasera, y hubo de lanzar dos golpes de descabello para concluir. Sin embargo la gente le ovacionó y dio vuelta al ruedo.

Sorteó en sexto lugar el mejor toro de Villa Carmela, que tuvo clase y recorrido, y que desde el capote le permitió lucirse tanto en el recibo con larga y verónicas, como en el quite por chicuelinas. Con la muleta aprovechó las buenas condiciones del toro por ambos lados, terminando la faena de manera espectacular, con manoletinas de rodillas. Se fue tras la espada y dejó una estocada entera en buen sitio, labor que en conjunto fue premiada con las dos orejas, garantizándole la salida en hombros en lo que fue un cierre triunfal, o habrá quien opine que festivo, de la Feria León 2017.