Ya están en la calle los carteles para la segunda parte de la Temporada Grande de la Plaza México y aparece la despedida definitiva de Eulalio López "Zotoluco", en un marco de mucha categoría pues será en un mano a mano con el valenciano Enrique Ponce, un consentido de la afición capitalina.

Luego de una amplia campaña de despedida a lo largo de un año, Zotoluco se cortará la coleta en una de las plazas que más marcaron el desarrollo de su trayectoria y que fue punta de lanza para llegar a lo alto del escalafón nacional.

Había expresado Zotoluco en una entrevista que le realizamos justo cuando anunció su temporada del adiós, que su mayor deseo era que la despedida definitiva fuera precisamente en la Plaza México, hecho que a la postre pudo concretarse y tendrá lugar con todos los honores.

De entrada, nos parece que esta combinación resulta muy interesante y un digno colofón a la carrera de un torero que ha dado la cara durante muchos años y merece un adiós como el que tendrá el sábado 4 de febrero en la Plaza México.

Lalo llega como líder del escalafón 2016 y cumplirá su segunda comparecencia del presente ciclo, en tanto que Enrique Ponce, que brindó una entonada actuación dentro del cerrojazo de la campaña anterior, toreará en La México por primer vez dentro de esta nueva administración.

Esta corrida no será, sin embargo, el primer mano a mano entre Eulalio López y Enrique Ponce en el coso monumental de Insurgentes, pues en 1999 ya se enfrentaron en un mano a mano, dentro de aquellos festejos en los que el maestro capitalino alternó con figuras de la talla de José Miguel Arroyo "Joselito" (1998) y Manuel Caballero (2000, en dos ocasiones).

Aquella corrida que traemos a colación tuvo verificativo el domingo 7 de febrero de 1999, ante un encierro de Vicky de la Mora. Zotoluco vistió de burdeos y oro, y le cortó una oreja de peso al primer ejemplar del encierro, haciendo gala de valor y oficio ante un toro que se quedaba corto y desarrolló sentido.

A la postre fue el único trofeo concedido a lo largo de una tarde en la que brillaron los momentos artísticos de Enrique Ponce, sobre todo al lidiar al primer astado de su lote, al que cuajó de principio a fin pero sin llegar a triunfar numéricamente, que en realidad es lo de menos cuando se deja huella, pues pinchó.

La entrada en aquella oportunidad fue estupenda, prácticamente un lleno, y la ocasión para esta nueva edición del mano a mano ameritaría que la afición colmé, como mínimo, el tendido numerado del escenario capitalino, pese a que hay un "puente vacacional" ese fin de semana y al día siguiente es la corrida del 5 de febrero.