Las malas entradas que ha registrado la Plaza México en los últimos días siguen siendo un ingrato denominador común, y la explicación de ello es algo que todavía no se puede descifrar con exactitud, aunque ciertamente existen varios factores que podrían ser la causa del revés que debe enfrentar la nueva empresa del coso de Insurgentes.

Esta inesperada situación, que afecta la imagen pública de la Fiesta en la capital, quizá sea el resultado del momento de incertidumbre económica que vive el país, en una época en la que el gasto familiar se planifica de una manera más conservadora pensando en la Navidad.

Porque ni siquiera la atractiva e histórica oferta de "dos por uno" que implementó la empresa para que el público acudiera a las dos corridas del pasado fin de semana, cuyos carteles, sin bien es cierto que no contaban con la presencia de ninguna gran figura del toreo que mueva mucha gente, tampoco desmerecían en calidad e interés para el buen aficionado.

Esos dos carteles, en cualquier otra época del mes de noviembre o diciembre, de un año anterior, hubiesen generado, entradas de unas ocho o nueve mil personas en los tendidos, pero no las que se registraron, sobre todo el sábado, que fueron paupérrimas.

Nuevamente el experimento de dar toros en sábado parece ser que no gusta nada a la afición capitalina, que en una ciudad de esta dimensión siempre tiene otras cosas qué hacer en sábado. Además, da la impresión de que el público ya tiene sumamente identificado que el día de ir a los toros es el domingo, y no en vano afirma una conocida frase que "la costumbre se convierte en ley".

Aunque no hay que olvidar aquellas magníficas entradas que había en los Jueves Taurinos de los primeros años de la década de los noventas, cuando la fiesta de los toros tuvo un repunte magnífico y captó a nuevos aficionados, jóvenes en su gran mayoría. La media de asistencia era de unas 12 mil personas por corrida para ver carteles mucho más modestos de los que se ofrecieron recientemente.

El punto de equilibrio del negocio en esta plaza seguirá siendo conseguir vender un tercio de entrada, en promedio, a lo largo de toda una temporada, sin importar si en unas cuantas tardes asiste poca gente y en otras más. Y esas "aceptables" entradas se apuntalan con las tres o cuatro corridas en las que se suele llenar el tendido numerado, donde caben unas 21 mil 500 personas.

Por otra parte, y aunque a los profesionales les cueste trabajo admitirlo, los toros son un espectáculo que, en las grandes ciudades, han perdido el tirón de popularidad del que gozaban hace treinta o cuarenta años. La diversidad de ocio hoy día es tan amplia, que uno puede quedarse en casa todo el fin de semana y tener, al alcance de la mano, a través del mando de la televisión, un variado menú de entretenimiento a un costo mínimo.

La transición del cambio de empresa, los tiempos que corren y otros factores, sería motivo de un estudio de mercado que permita contar con elementos de análisis más precisos, que contribuyan a hacer los ajustes y modificaciones necesarias con la finalidad de resolver un problema que comienza a ser preocupante.