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Anecdotario de Giraldés: Picasso y Luis Miguel

Viernes, 18 Nov 2016    Tijuana, B.C.    Valeriano Salceda   
...Levantar el dedo índice una tarde de toros en la plaza de Madrid, es un gesto que comprom
Luis Miguel Dominguín, además de haber sido uno de los toreros más importantes de la segunda mitad del siglo XX, ocupó un lugar destacado en el mundo de los famosos, gracias a sus magníficas relaciones pero, sobre todo, a su extraordinaria personalidad que no dejaba a nadie indiferente.

Su manifiesta y nunca disimulada autoestima le causaba algunos problemas. También por esa ley de compensaciones, indudablemente existente, su desmedida soberbia  lo llevó a hacer ese esfuerzo necesario para sobresalir y no sólo colocarse en un lugar muy importante… sino mantenerse en lo más alto.

Levantar el dedo índice una tarde de toros en la plaza de Madrid, es un gesto que compromete: ¿En verdad eres el número uno del toreo? ¿Así te consideras? Pues demuéstralo.

Y tras esa actitud tan provocativa, el torero madrileño se obligó a triunfar con mucha fuerza, por su alarde de soberbia necesitaba convencer a todos. Colocarse en el primer lugar exige superar con creces a los demás. Para el "número uno"... ¡debe de haber otra medida!

Toreó durante varios años en las plazas más importantes de Francia. En esa época la 
Fiesta atraía en ese país a destacadas personalidades. Luis Miguel no tardó en relacionarse con quienes manejaban el mundo del arte, de la moda, del cine… y el de los vinos. Se metió como uno más en esos selectos grupos sociales.

Fue entonces cuando conoció a Pablo Picasso y entre ambos nació una gran amistad. Picasso fue el padrino de bautizo de la hija menor de Lucía Bosé y Luis Miguel, por eso se llama Paola.

En una de sus frecuentes pláticas, Luis Miguel le dio, antes que a nadie, una noticia a sus compadre:

-No tarde en retirarme, Pablo -le soltó un día que estaban juntos.

-¡No te retires jamás! -contestó el famoso pintor malagueño- el artista nunca debe de retirarse, Miguel; por eso yo nunca he dejado ni dejaré de pintar.

-Pero eso es muy fácil decirlo -contestó Luis Miguel, el "número uno" del toreo -cuando alguien como tú no se juega la vida frente a un toro. Porque no sé de ningún caballete que te haya dado una cornada.

El agudo ingenio de Luis Miguel volvió a hacerse patente en esta sabrosa charla entre artistas.


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