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Los valores de la tauromaquia y su defensa (I)

Sábado, 16 Nov 2019    CDMX    Antonio Casanueva | Foto: Archivo   
"...Después del toro, la caza y el circo, viene todo lo demás..."
La tauromaquia es una actividad marginal en la sociedad mexicana, son unos cuantos los que disfrutan con el toreo. ¿Por qué entonces genera tal animadversión de grupos radicales de animalistas? ¿De dónde surgen los antitaurinos que lanzan, a veces con violencia, vituperios a los aficionados a la fiesta brava? ¿Por qué fundaciones holandesas, suizas y norteamericanas dedican recursos millonarios para financiar grupos que luchan contra la tauromaquia en México y otros países hispanoamericanos?

El ganadero Victorino Martín se refiere al animalismo como el regreso a la época de las cavernas. Y, en su carácter de presidente de la Fundación del Toro de Lidia, en enero del 2019 afirmó ante el Senado español: "Intentarán acabar con todo. Después del toro, la caza y el circo, viene todo lo demás: la equitación o la romería de El Rocío. El animalismo prohíbe hasta el uso de los animales en la investigación (…) Es una involución tremenda, la vuelta a época de las cavernas".

El tema es aún más grave. Es un atentado contra los valores que son los pilares de la sociedad occidental. Los toros son sólo un pretexto. Los animalistas lo ven como una batalla fácil que genera simpatía de una sociedad sensible ante un supuesto maltrato animal. La lucha real es contra los valores emanados de las tradiciones grecolatinas y judeocristianas.

San Agustín de Hipona decía que quien se manifiesta indiferente ante la vida y la muerte es que no ama. Los animalistas lo entienden muy distinto. Ellos pretenden "salvar" a los animales del sufrimiento, pero sobre todo intentan ocultar el dolor y la muerte. La aspiración del animalismo es realizar una revolución abolicionista que humanice al animal y animalice al humano. El objetivo de los animalistas es imponer un pensamiento único, una homogenización de la cultura donde impere el gregarismo y la insolidaridad.

Por eso hoy se vuelven actuales las palabras del pastor luterano Martín Niemöller quien, como parte de su lucha contra los nazis, escribió el siguiente poema:

Cuando vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar.

(Continuará el próximo sábado).


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