Con la llegada del mes de julio, la actividad taurina se renueva en todo el país de la mano de distintas festividades, como son la celebración de los días de la Virgen del Carmen, del apóstol Santiago o de Santa Ana, en una muestra fehaciente de la vinculación que existe entre la fiesta de los toros y el calendario religioso.

Paralelamente a estos festejos, el comienzo de la temporada de la Plaza Arroyo, así como del ciclo en la Plaza Caliente de Tijuana, que ya está tocando a su fin, son motivo de verdadero júbilo de cara al sector más necesitado, y del que en un futuro no muy lejano saldrán las futuras figuras del toreo.

Asimismo, ya falta poco para que inicie la Temporada de Novilladas de la Plaza México, programada a partir del domingo 4 de agosto, y donde la afición capitalina tendrá oportunidad de ver torear a los novilleros punteros que están haciendo campaña en Europa, como es el caso de 

Diego San Román o Héctor Gutiérrez, por mencionar sólo a los más aventajados.

Y esto es sin duda un importante logro, ya que no había sucedido en años recientes, ni siquiera cuando había un nutrido ramillete de novilleros como El Payo, Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar, Mario Aguilar o Diego Silveti, que hace una década estaban actuando con éxito en las plazas de primera categoría de España… mientras aquí brillaban por su ausencia.

En todos los casos de las temporadas mencionadas, se trata de un gran esfuerzo el que realizan las empresas para montar novilladas en una época en que, por desgracia, este tipo de festejos se han vuelto deficitarios.

En otra época, las novilladas dejaban utilidades, sobre todo en la Plaza México, en la era del doctor Alfonso Gaona, cuando en los tendidos del coso capitalino había unas magníficas entradas en los meses del verano para ver a los nuevos valores.

Por otra parte, aún falta por conocerse los planes de plazas como Guadalajara o Monterrey, que también a partir del mes de septiembre suelen programar sus campañas novilleriles, lo que sin duda crea una sinergia especial con las otras plazas que están involucradas en esta labor tan trascendente para la Fiesta.

En estos tiempos difíciles, con los ataques antitaurinos a la orden del día, bien vale la pena que la afición acuda a las novilladas, pues su apoyo resulta fundamental y con el atractivo añadido de ver en acción a los novilleros más interesantes del momento.