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Historias: Ponciano Díaz en Madrid

Miércoles, 29 May 2019    CDMX    Francisco Coello | Foto: FC   
"...Su presentación en ruedos hispanos ocurre el 10 de julio de..."
Con la fama que por allá de 1889, iba adquiriendo el torero mexicano Ponciano Díaz Salinas (1856-1899), no era difícil que en cualquier momento recibiera alguna oferta para extender su "tauromaquia" a otros espacios, incluso fuera del país. Ya había actuado un par de ocasiones y en diciembre de 1884 en Nueva Orleans (E.U.A.) con motivo de una exposición internacional llevada a cabo en aquella ciudad.

Esa fama que menciono, se traducía en circunstancias tan particulares como las que se recogen en una entrevista que se publicó en El Nacional, en su edición del 3 de julio de 1887:

 "(…) Pero bástenos asentar el hecho: PONCIANO es el semi dios de las masas, es el prototipo de todo lo grande para el pueblo.
 Si un día faltara el Arzobispo de México y se llamase al público que va a los toros para elegir Arzobispo, el Arzobispo sería PONCIANO.
 
Si en las elecciones presidenciales se dejase el voto en manos de los que deliran con los redondeles, PONCIANO sería presidente.
   Si un día se tratase de derribar el sistema republicano y erigir la monarquía en México, ya veríamos a miles de admiradores del joven diestro proponer al pueblo el nombre de PONCIANO I para el trono.

¿Lo dudan vdes?...

Pues se conoce que no han visto a una muchedumbre delirante quitar las mulas que tiraban del coche que conducía a nuestro héroe el día que iba a ver la primera corrida de Mazzantini en Puebla, y pegarse por centenares a aquella carroza para arrastrarla triunfalmente por las calles hasta ponerle en un cuarto del Hotel de Diligencias, mientras lo aclamaban con un entusiasmo febril".

Se conoce que no han visto las ovaciones que se le hacen donde quiera que alguno que lo conoce dicen a los transeúntes: ¡Allí va Ponciano!

Si un hombre puede llegar al colmo de la popularidad, PONCIANO es ese hombre.
Interrogado por el reportero de El Nacional acerca de ciertos puntos, dio contestaciones que condensamos aquí por falta de espacio.

PONCIANO cree que los toreros españoles que hemos visto en México no son la última expresión del arte de Pepe Hillo. El dice que ha leído en las tauromaquias preceptos y reglas a que no se ajustan siempre los lidiadores que él ha visto, que por cierto son muchos. Agrega que su juicio es inseguro en este punto porque generalmente le ha tocado presenciar corridas con toros malos en que los toreros españoles no han podido lucir.

Respecto de ganado, opina que en México hay toros tan grandes, tan buenos y tan boyantes como en España misma; pero cree que la avaricia y el interés mal comprendido de los ganadero, hacen que presenten como buenos 80 toros de cada cien, cuando en realidad no hay sino veinte. 

En España, dice, los criadores de toros no sacan a la lidia sino veinte de cada cien, y por nada en el mundo entregarían un toro en malas condiciones para la lidia. Esto cimenta el crédito de los de la Península al par que mata el de los nuestros. Cuando los hacendados vean el perjuicio que se causan con pretender salir a precios altos de sus toros malos, los ganados mexicanos cobrarán la fama a que son acreedores.

PONCIANO tiene vivos deseos de ir a España, pero cree que los absurdos rumores circulados cuando el desagradable incidente de Mazzantini, lo pondrían en una posición muy difícil en la península, lo que siente sobremanera.

Algunas otras apreciaciones menos importantes oímos de labios del primer diestro mexicano, pero por ahora y sin hacer el panegírico de la profesión que ha abrazado, por estar ella contra nuestros principios, cumplimos con el deber de fotografiar en El Nacional a toda persona que se distingue, y nos avanzaremos hasta cerrar este artículo saludando en PONCIANO al buen hijo, al hombre trabajador, y al diestro a quien la popularidad aclama y el cariño general eleva un pedestal de gloria… tauromáquica.


Por lo tanto, 1889 se convierte en un año trascendental para su carrera como matador de toros. El 17 de octubre recibe la alternativa de manos de Salvador Sánchez "Frascuelo" y Rafael Guerra "Guerrita" como testigo, en el escenario magnífico de la plaza de toros de la carretera de Aragón, en Madrid, España.

Además, en aquel periplo, nueve fueron las actuaciones por aquellos lares. Su presentación en ruedos hispanos ocurre el 10 de julio de aquel año en la plaza de San Sebastián, acompañado de Vicente Oropeza y Celso González, dos hábiles charros y  picadores que además, junto a Ponciano realizaron diversas suertes de a caballo, como jaripeo, lazar toros, que causaron admiración entre los aficionados que presenciaron dichos festejos, haciéndolo en forma tan brillante como les fue posible.

Luego, pasó a la plaza de Madrid, donde compareció el 28 de julio alternando con el Marinero y Enrique Santos "El Tortero" en la lidia de toros de Palha. Repitió el el 4 de agosto, y en esa ocasión lo hizo al lado de El Tortero y Lobito con ganado de Pablo Romero. Luego pasó al Puerto de Santa María, donde el 18 de agosto, tuvo oportunidad de entendérselas con ganado de Eduardo Ibarra, siendo sus alternantes Enrique Santos "El Tortero" y Rafael Bejarano "Torerito".

En la biografía –inédita–, que he realizado a lo largo de más de 30 años, y cuyo título es: "Ponciano Díaz Salinas, torero del XIX, a la luz del XXI”, 409 páginas con las ilustraciones pertinentes, indico en el cuadro de actuaciones que el atenqueño pasó luego a Oporto, Portugal donde actúa con su cuadrilla el 23 de septiembre. 

De acuerdo al apunte que proporciona El Diario del Hogar, en su edición del 20 de octubre: "En esta corrida se hizo acreedor a una gran ovación al parear a caballo, poniendo banderillas con las manos y con la boca, causando verdadero alboroto, al ejecutar montado varios lances de capa con un bravo toro procedente de una de las más acreditadas ganaderías portuguesas. El 29 del mismo mes [de hecho fue el 23] debe haber trabajado en la plaza de Cintra la corrida de despedida".

El 13 de octubre va hasta Sevilla, y en tan hermosa provincia, se presenta junto con Francisco Arjona "Currito" y Carlos Borrego "Zocato". Faltando pocos días para el tan esperado día de la confirmación de la alternativa, también torea en Barcelona, así como en San Sebastián.

He dicho que para el 17 de octubre "confirmaría" la alternativa. Pues en efecto, y a pesar de que se ha mencionado que la recibida en Puebla el 13 de agosto de 1879 de manos de Bernardo Gaviño fue "apócrifa", fue el propio Ponciano quien se encargó de desmentir el dicho. Esto ocurrió en el mensaje que dejó plasmado en un cartel, correspondiente a la actuación que el atenqueño tuvo en Toluca el 1o. de junio de ese mismo año, dice "el torero con bigotes":

"Habiendo terminado la temporada en la ciudad de Puebla, en donde fui elevado al difícil rango de primer espada, por la benevolencia de tan ilustrado público, me he propuesto antes de disolver mi cuadrilla dedicar una función, que tenga por objeto, pagar un justo tributo a mis paisanos ofreciéndoles mis humildes trabajos: si estos son acogidos con agrado quedará altamente agradecido S. S. Ponciano Díaz".

Se tienen noticias –sin confirmar-, que Bernardo Gaviño concedió la alternativa a otro diestro de nombre Andrés Fontela (esto en 1881), como también el hecho de que la tarde del 26 de octubre de 1884, y en el Huisachal, lidiando toros de Santín, actuaban Gaviño junto con Antonio González "Frasquito", Francisco Jiménez "Rebujina" y Genovevo Pardo, le concede a este último también dicha elevación.

Con esta afirmación, la cual parece más que suficiente para disuadir cualquier sospecha, lo que sucedió por tanto el 17 de octubre siguiente, fue no la alternativa como tal, sino confirmación de la mexicana. Es cierto, en México, las alternativas no tuvieron esa jerarquía hasta que llegaron los toreros hispanos, quienes impusieron tal ceremonia. 

La primera que se considera en esas condiciones, ocurrió en la plaza de toros "Paseo Nuevo" (Puebla), el domingo 6 de marzo de 1887. Se trataba de la segunda corrida por la Cuadrilla Mazzantini, lidiando ejemplares de San Diego de los Padres. En tal ocasión Francisco Jiménez "Rebujina", recibió la alternativa de manos del propio diestro de Elgóibar.
 
Así que fue la tarde del 17 de octubre, en la que con un cartel de "polendas", Ponciano Díaz alterna con Salvador Sánchez "Frascuelo" como padrino, y de testigo Rafael Guerra "Guerrita", lidiando toros del Duque de Veragua y Orozco. El de la asunción se llamó "Lumbrero" y perteneció a la ganadería del descendiente de Cristóbal Colón, de acuerdo a la genealogía y al linaje que siguieron muchas familias encumbradas en España.

A esa célebre jornada, todavía Ponciano se presenta en Sevilla el 27 de octubre con su cuadrilla, siendo esa su última comparescencia en ruedos hispanos.

Termino apuntando, que a punto de partir de España, fue mi deseo adquirir el libro "Entre Marte y Venus. (Breve Historia crítica del toreo)" de Domingo Delgado de la Cámara, edición de 2014. Lo tuve en mis manos, pero la sola y rápida lectura que di con objeto de adquirirlo se vino abajo cuando encontré en las páginas dedicadas al toreo mexicano un tratamiento superficial y hasta despectivo (como lo dedicado al episodio que aquí se ha detallado), con lo que su autor nos aleja de toda posibilidad de encontrar mejores escenarios y realidades, que las tuvo, como las tiene, desde luego la tauromaquia hispana. Desde luego que devolví el volumen al amable dependiente de la librería y salí de ahí.


Otros escritos del autor, pueden encontrarse en: https://ahtm.wordpress.com/


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