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La actuación de El Galo ante la prensa

Martes, 28 May 2019    CDMX    Redacción | Foto: Archivo   
Varios coinciden en su voluntad y su falta de acoplamiento
Distintos comentarios se vierten en la prensa española sobre la actuación de André Lagravere "El Galo", durante la novillada de la Feria de San Isidro celebrada ayer en la plaza de Las Ventas, donde enfrentó un lote de novillos pertenecientes a la divisa andaluza de La Quinta, según se aprecia en la siguiente información:

ABC (Andrés Amorós):

Se anuncia como El Galo el novillero francés–mexicano André Lagravere, hijo del matador de toros Michel, hermano del torero Michelito. En octubre pasado, sufrió una grave cornada, en la Plaza México. El segundo, un «Marsellés» para un francés, empuja en el caballo. Quita de Manuel por verónicas (¡bravo!). El novillo aprieta fuerte, en banderillas, y es pronto, en la muleta. El Galo tiene oficio pero se producen enganchones, la gente se ha puesto de parte del toro. Mata a la segunda. En el quinto, otra vez se luce en verónicas de Manuel (¡otro bravo!). Banderillea El Galo con muchas dificultades. En la muleta, el novillo le atosiga, no para, y sólo puede mostrarse voluntarioso.

La Razón (Patricia Navarro):

Había apretado el segundo sin piedad cada vez que veía a un torero sin engaño. Bien lo sufrieron los banderilleros que les apretó mucho para dentro. Llegó con casta a la muleta donde repitió con ese punto de informalidad que pone más cuesta arriba las cosas, pero con transmisión. El Galo, su matador, puso voluntad en la faena, pero no logró imponerse y el novillo lo requería. Quiso poner banderillas en el quinto y lo padeció por momentos, este encaste tiene sus resortes. Llegó con movilidad y reponiendo a la muleta del novillero que puso todo lo que tenía, pero no siempre consiguió dominar los viajes del toro.

Agencia EFE (Javier López):

Una novillada de lo más engañosa de La Quinta inauguró hoy le semana "gris" de la Feria de San Isidro, en la que, además de este encierro "santacolomeño" se lidiarán también los "albaserradas" de José Escolar, Victorino Martín y Adolfo Martín. No fue fácil el envío de Álvaro Martínez Conradi. Ni agradecido con los de luces, que pasaron prácticamente desapercibidos ante la movilidad sin entrega de los utreros, que, unos más que otros, se desplazaron en el último tercio con cierta transmisión, lo que hizo que el público de Madrid tomara partido por ellos, hoy de manera injustificada. Pero es que cuando se lidia una "torista"... El único que medio se impuso a la adversidad fue Francisco de Manuel, que meció de maravilla a la verónica a su primero, un novillo que colocó muy bien la cara en el primer tercio, aunque a la salida del caballo evidenciara que de fuerzas iba justito. Lo de El Galo como su primero fue lo que se dice un matrimonio mal avenido. El novillo tenía cosas buenas como la prontitud, la alegría en las arrancadas y la transmisión; pero otras no tanto, pues no se empleó ni en el caballo ni en las telas, yendo de acá para allá y pegando oleadas hacia los adentros. Y sino que se lo pregunten a Lipi el trago que pasó en banderillas. Pero el franco-mexicano tampoco acertó a dar estructura adecuada a su labor. Quiso exhibirlo de largo para luego no poder ligarle ni uno en condiciones. Era complicado, sí, pero esa puesta en escena no le ayudó lo más mínimo, todo lo contrario, lo que propició fue que la gente tomara partido por el animal, que fue ovacionado en el arrastre. Con el quinto fue aún peor la cosa con un novillo más fiero con el que El Galo no se acopló. Después de pasar más fatigas que un alérgico en un pinar en el tercio de banderillas, el joven André amontonó pases y más pases, a cada cual más destemplado y desajustado, ante un animal que acabó haciéndose amo y señor de la situación.

Aplausos.es (Javier Arroyo):

El segundo cárdeno de La Quinta, más recogido, tuvo movilidad desde salida. El Galo, que se presentaba en Madrid, lo recibió animoso. Empujó en el caballo aunque falto de humillación. Francisco de Manuel, en su turno de quites, destacó a la verónica. Arriesgó Lipi en banderillas. Apretó mucho el novillo hacia dentro y a punto estuvo de coger al subalterno sevillano. Víctor Pérez le hizo un quite salvador a cuerpo limpio con las banderillas en la mano. El Galo brindó al público y dio distancia al novillo de La Quinta, que se vino alegre. Ya en su jurisdicción enganchó en demasía las telas del novillero. La embestida venía acompañada de derrotes a media altura. Con la izquierda le sorprendió en casi todos los viajes. El público ya se había posicionado por parte del novillo, que tenía emoción. Hubo embestidas humilladas y largas en los pases de pecho finales. Dos estocadas tendidas dieron paso a un silencio para el novillero. Engatillado y bien hechurado fue el serio quinto. De nuevo mostró buena actitud El Galo. Se picó mal este novillo, que empujó mucho con la cara alta. De nuevo la voluntad fue la base de un tercio de banderillas que protagonizó el propio novillero sin mucho acierto. El novillo de La Quinta llegó con movilidad al tercio final aunque un punto falto de humillación. Repuso con codicia y El Galo no terminó de entenderse con él. Ganas no faltaron y remató por manoletinas. Silencio.

El País (Antonio Lorca):

A El Galo le vino grande Madrid. Se llevó el mejor lote, los dos novillos aplaudidos en el arrastre, y el chaval, todo voluntad, naufragó sin atenuante alguna.


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