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Efemérides: La alternativa de Antoñete

Viernes, 08 Mar 2019    CDMX    JRN | Foto: Archivo   
Hace 66 años de manos de Julio Aparicio y Pedro Martínez Pedrés
El maestro Antoñete recibió la alternativa el 8 de marzo de 1953, fecha de la que han pasado ya 66  años pero que recordamos en este espacio de una manera especial por tratarse de una efeméride relevante en la vida de uno de los toreros españoles de mayor calado de la segunda parte del siglo XX.

Antonio Chenel Albadalejo se doctoró dentro de la Feria de la Magdalena, en la plaza de Castellón, España, de manos del maestro madrileño Julio Aparicio, mientras que por testigo fungió el albaceteño Pedro Martínez "Pedrés", ante un encierro que procedió de Curro Chica.

Para las estadísticas, el toro de la histórica ceremonia llevó por nombre "Carvajal", número 53 y con un peso de 501 kilos. Aunque la tarde para el toricantano no terminó por ser de triunfo, dejó en clara su proyección. Así lo escribió J. Lloret en su crónica publicada en el semanario "El Ruedo":

"Creemos que con Antoñete estamos en presencia de un torero de extraordinarias proporciones, a pesar de que su primera actuación como matador de toros no ha sido muy afortunada. Antoñete es un torero de clase y además lidiador, condición ésta muy interesante si hay que enfrentarse con corridas cuajadas".

Sobrio en el redondel y con una técnica muy depurada, paradigma del clasicismo en el toreo, el nacido en Madrid el 24 de junio de 1932 tuvo muchas tardes de triunfos y varias también aciagas, junto con el amargo sabor de los percances. Y en este marco de la vida de un artista, abrió siete veces la puerta grande de Madrid, su casa, tal y como lo dicta una placa colocada en el patio de arrastre del coso de la calle de Alcalá: "Esta fue su plaza, esta es su casa".

En medio del triunfo y la gloria, pero también de las decaídas y los sinsabores, Antoñete se retiró de los ruedos y volvió en numerosas ocasiones. Y aunque iba y venía, su primera despedida oficial fue en 1975, cuando se encerró con seis toros en Las Ventas. Tras un festival en Margarita, Venezuela, determinó volver a los ruedos y lo hizo en 1981, diciendo nuevamente adiós en 1985.

Pero el "gusanito" del toro siempre estaba ahí, lo que, aunado a la necesidad económica, como lo reconoció ante el periodista Joaquín Vidal, le hizo volver en 1987, actuando sin despedirse formalmente hasta 1997. Sin embargo, regresó de nueva cuenta y se mantuvo toreando hasta el 2001.
 
Burgos fue la última plaza que lo vio hacer el paseíllo, el 1 de julio de ese año; ahí terminó su trayectoria, pero nacía la leyenda. Aquella tarde, se desvaneció luego de entrar a matar; su capacidad respiratoria luego de tantos años de tabaquismo ya no era la misma.

Chenel no vino mucho a México, pero sí dejó la rúbrica de su particular torería en cosos como la Plaza México y el "Nuevo Progreso" a mediados de la década de los ochenta, aunque confirmó en 1953. Antoñete fue el padrino de confirmación de Manolo Mejía en el coso de Insurgentes, en 1985, siendo Eloy Cavazos el testigo.

Fue en el año de 1992 cuando comenzó a participar como comentarista en las transmisiones televisivas de corridas de toros, tanto en la Cadena SER como en Canal Plus, en compañía de Manolo Molés, lo cual siguió realizando con cierta regularidad hasta antes de morir.

Antoñete fue galardonado también fuera del ruedo, gracias al arte que manifestó siempre dentro de él.  En el año 1992 le concedieron la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid, mientras que en 2001 le fue otorgada la Medalla de Oro al Mérito a las Bellas Artes.

Murió el 22 de octubre de 2011 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, Madrid, donde había sido ingreso un día antes como consecuencia de bronconeumonía, problemas respiratorios consecuencia de fumador empedernido. El maestro tenía 79 años de edad.


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