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Efemérides: El adiós de Silverio Pérez

Viernes, 01 Mar 2019    CDMX    JRN | Foto: Archivo   
El maestro Armillita le cortó la coleta el 1 de marzo de 1953
La tarde del 1 de marzo de 1953 tuvo lugar la despedida del gran Silverio Pérez, acontecimiento celebrado en la Plaza México y tras el que el maestro jamás volvió a vestir el terno de luces, por lo que hoy lo recordamos a 66 años de distancia.

El cartel de aquella corrida era completado por Antonio Velázquez y Jorge Aguilar "El Ranchero", ante un encierro de La Laguna.

Al mediodía de aquel 1 de marzo de 1953, Silverio acudió con su esposa Pachís a misa en una parroquia de la colonia Portales. Una multitud se reunió para saludarlo y brindarle su cariño, además del propio sacerdote, que le dedicó unas sentidas palabras dentro del sermón dominical.

Ya por la tarde, no hubo suerte con los ejemplares de su lote y tampoco con uno de regalo, de Torrecilla, así que obsequió un toro más, de San Diego de los Padres, de nombre "Malagueño". Una oreja le cortó el llamado Faraón de Texcoco.

Fue el maestro Fermín Espinosa "Armillita", amigo y personaje importante en su carrera, así como padrino de alternativa, el encargado de cortarle la coleta a Silverio Pérez en medio de la algarabía de la multitud, cerrándose así toda una época en la historia del toreo mexicano.

En cuanto a sus datos biográficos, Silverio nació el 15 de junio de 1915, en la población de Pentecostés, perteneciente al municipio de Texcoco, Estado de México. En muchas biografías se establece que nació el día 20 de noviembre, pero esa fecha fue la de su bautizo. Fue el quinto hijo del matrimonio formado por Alberto Pérez y Concepción Gutiérrez "Chonita". En 1923 quedó huérfano de padre y en 1929 perdió a su madre

El 31 de octubre de 1931 recibió en Veracruz el cadáver de su hermano, el matador Carmelo Pérez, quien tras haber sido herido gravemente por las astas del toro "Michín", de San Diego de los Padres, el 17 de noviembre de 1929, murió en Madrid debido a una neumonía, incluso después de haber reaparecido en Guadalajara en enero de 1931, toreando con un tubo de canalización en el pulmón. 

En el Panteón de Dolores, ya en la Ciudad de México, Silverio tomó la decisión ser torero ante el cuerpo de su hermano, que estaba siendo sepultado; nadie imaginaba lo que en un futuro lograría Silverio en el mundo de la fiesta brava.

Sus inicios no fueron fáciles, pero contó con el apoyo del maestro Fermín Espinosa "Armillita", con quien consolidó en España una gran amistad, país donde Silverio fue a probar fortuna como novillero. Debutó en Tetuán de las Victorias el 1 de mayo de 1935 y, tras triunfar en Valencia, pudo presentarse en Madrid, Mallorca y Barcelona.

Silverio tomó la alternativa en Puebla el 6 de noviembre de 1938, teniendo como padrino a Fermín Espinosa "Armillita" y a Francisco Gorráez como testigo. Confirmó en "El Toreo de la Condesa" el 11 de diciembre del mismo año. De nueva cuenta fue su padrino Armillita.

Y aunque las cosas no fueron sencillas en un inicio, la campaña realizada en Portugal en los inicios de 1940 lo fue posicionando, para luego regresar a México y comenzar a escalar peldaños y convertirse en figura del toreo con ese trazo largo y profundo,  rivalizando incluso Manuel Rodríguez "Manolete", a quien enfrentó en varias oportunidades.

Silverio Pérez fue el primer matador en cortar un rabo en la Plaza México, éste al toro "Barba Azul", de la ganadería de Torrecilla, dentro de la segunda corrida en la historia del monumental coso. Se recuerdan grandes faenas del Compadre, pero para muchos, la mejor fue la que le realizó al toro "Tanguito", la tarde el 31 de enero de 1943 en El Toreo, día en que tomó al alternativa el leonés Antonio Velázquez.

El también llamado Monarca del Trincherazo sufrió varios percances de consideración. El más grave fue la cornada en un testículo que le propinó el toro "Zapatero" en 1944, mientras toreaba con la muleta en la mano izquierda.

Retirado, Silverio vivió en su tierra natal, Texcoco, al lado de su esposa, María de la Paz Domínguez "Pachis"; ayudó a algunos jóvenes que querían iniciarse en esta difícil actividad e, incluso, incursionó en el ámbito de la política.

Pachis, su inseparable compañera, murió el 14 de noviembre de 2005. Tan sólo 10 meses después, el 2 de septiembre de 2006, dejó de exisitir uno de los íconos del toreo mexicano  a consecuencia de un paro respiratorio; Silverio contaba con casi 91 años de edad.



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