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Espectro Taurino: Bodas de Oro

Sábado, 15 Sep 2018    CDMX    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
"...la huella que dejó el maestro no se borra..."

Hace medio siglo recibió la alternativa uno de los toreros referentes en los últimos tiempos dentro de la tauromaquia mexicana, como lo fue y lo seguirá siendo el maestro Curro Rivera, Bodas de Oro que de manera póstuma traemos a colación en este espacio sabatino

El doctorado tuvo lugar en Torreón, Coahuila, el 14 de septiembre de 1969, de manos de Joselito Huerta y como testigo Jaime Rangel, con el toro ¨Presidente¨ de San Martín.

Al siguiente día hizo su presentación como matador de toros en la Monumental de Ciudad Juárez, tarde en que recibió su bautizo de sangre. Terminó su primera temporada como matador con 12 festejos toreados, cortando 8 orejas y un rabo.

Curro confirmó su alternativa en la Plaza México el 16 de febrero de 1968, de manos de Manolo Espinosa "Armillita", siendo su testigo el diestro español Juan José, temporada en la que alcanzó a colocarse en segundo lugar del escalafón taurino mexicano, actuando en 42 tardes y cortando 46 orejas y 11 rabos.

Confirmó en Las Ventas de Madrid el 18 de mayo de 1971, siendo su padrino Antonio Bienvenida y  Andrés Vázquez el testigo. Esa tarde, le cortó una oreja a un ejemplar de Samuel Flores.

La trayectoria de Curro Rivera, en la que se consolidó como figura del toreo y abrió dos veces la Puerta Grande de Madrid (3 de junio de 1971 y 22 de mayo de 1972), tuvo su despedida el 15 de noviembre de 1992, cuando dijo adiós acartelado  con José Ortega Cano y Miguel Espinosa"Armillita", cortándole las orejas a un ejemplar de Julio Delgado.

Regresó a los ruedos por una sola tarde para darle la alternativa a Miguel Lahoz, en San Luis Potosí, el 1 de enero de 1995, fungiendo Jorge Gutiérrez como testigo de la ceremonia. Volvió a torear el 27 de agosto de 2000, de nueva cuenta en la plaza "El Paseo", donde doctoró a Fermín Spínola y Óscar López Rivera.

A partir de ese momento, Curro Rivera toreó algunas cuantas corridas más, hasta su muerte, acaecida 23 de enero de 2001 y con solamente 49 años de edad. La huella que dejó el maestro no se borra a pesar de su no existencia física, y el legado que dejó en la Fiesta lo convierte en una de las figuras más relevantes en la historia de nuestra tauromaquia.

Y es que fueuno de los referentes de la segunda mitad del siglo XX. Curro, siempre sonriente, es de los pocos espadas nacionales que ha superado la barrera de las mil corridas (1660 es el número exacto que varias fuentes manejan) y estará por siempre en la memoria de aquellos que le vieron torear.


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