Siempre he considerado al periodismo como un servicio a la sociedad, entendiendo a la información como un bien de interés común y que aporta al conocimiento de los sucesos que acontecen en determinado ámbito o contexto de nuestro mundo, bajo la premisa del reporteo.

En las dos vertientes de la comunicación periodística, que son la información y la interpretación, el profesional debe manejarse con honestidad, además de defender el derecho a la libertad de expresión, manteniendo independencia editorial.

Este derecho conlleva también la obligación de prepararse y ofrecer al público un contenido veraz. En el caso de la interpretación, donde  el punto de vista, dar siempre una argumentación sólida y con bases objetivas, si se me permite la expresión dentro de un terreno en el que entra la acción subjetiva de una opinión.

El periodista determina qué información es susceptible de darse a conocer. No todo lo que sucede es "noticia", de tal forma que el profesional lo determina con base en algunos criterios, como lo son: "interés general", "proximidad", "actualidad" y "utilidad", por mencionar algunos.

Como bien afirma el periodista Carlos Marín, en su obra "Manual de periodismo", esta labor "satisface la necesidad humana de saber qué pasa en su localidad, en su país, en el mundo. Los buscadores de información periodística se interesan por lo que sucede y repercute, o puede repercutir, en la vida personal o colectiva".

Dentro de determinado evento, en el cual pueden suceder acontecimientos variados, es el periodista el que sabe reconocer cual es "la nota". Aquí entra, por ejemplo, lo más relevante de una tarde de toros, sobre lo cual se empieza a construir "la historia" de una corrida, para contarse de lo más a lo menos importante.

Cuando labor periodística se realiza respetando estos criterios y el profesional tiene una formación adecuada, actuando con la mayor objetividad posible, sin exagerar los hechos y apegándose a la realidad, no cabe de ninguna manera la censura. Y esta libertad hay que defenderla por encima de cualquier otro elemento.

La oportunidad periodística obliga al profesional a dar conocer la información en el momento justo y concreto, cuando ésta puede llegar a tener un mayor peso específico para el público y la sociedad, tanto en un texto, audio o imágenes.

Por supuesto, y para rematar,  no debemos olvidar que tratamos con seres humanos, lo cual nos lleva a tener como bandera el hecho de respetar siempre la dignidad humana. Es importante saber compaginar esta verdad con lo periodístico de una información, lo cual habla de una responsabilidad mayor.