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Espectro Taurino: Una huella profunda

Sábado, 27 Ene 2018    CDMX    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
"...buen concepto y fidelidad a esa forma de entender..."

Han pasado nueve años de una de las faenas que, dentro de lo subjetivo que no pocas veces suele ser el arte, marcó positivamente mis inicios como comunicador taurino. El 25 de enero de 2009, José Mauricio se encontró en La México con el toro "Azucarero", de Barralva, propiedad del recientemente fallecido Luis Álvarez Bilbao y su hermano Ramón.

Incluso Mauricio brindó aquel trasteo al ganadero, que envió un toro con una bravura enclasada que resultó materia ideal para que se destapara el "frasco de las esencias" de un torero que, pese a sus altibajos, pudiera ser tomado más en cuenta debido a la autenticidad de su buen concepto y fidelidad a esa forma  de entender el  toreo.

José Mauricio mostró esa concepción artística que atesora, impregnado de una increíble suavidad en el manejo de los engaños, símbolo de esa personalidad tan limpia y pura que denota su trato. Lo que hoy aparece a colación se trató de un trasteo modélico, de los que más huella me han dejado, hablando en primera persona.

Mejor no pudo describirlo Juan Antonio de Labra dentro de la crónica publicada aquel día en este cibermedio:

"Y es que torear así de relajado no es frecuente verlo. Cómo le hubiese gustado a David Silveti esta faena, en la que por momentos evocó su figura, teniendo el brazo que no torea completamente suelto, sin crispación, al tiempo que metía la barbilla y sacaba el pecho en cada trazo. Su toreo fue sincero y espontáneo, por eso le llegó tanto a la gente".

El propio José Mauricio, que sigue en pie de lucha y ahora radica en San Luis Potosí, explicó así su manera de concebir su toreo, dentro de un fragmento en mi libro "Conceptos Taurinos":

"En el toreo lo más relevante es torear con el alma y, si lo haces de esta manera, al final las cosas surgen y la estética aparece sin quererlo, pero ya lo tienes que haber ensayado mucho para que salga natural y no se vea fingido. Resulta curioso, pero tienes que entrenar mucho para que, delante del toro, se te olvide todo lo que entrenaste y lo hagas con el alma".

Dijo también: "Hay muchos tipos de arte y no necesariamente tienen que tener estética, pero sí creo que es esencial en aquellos en los que hay movimiento corpóreo, como en el caso de la danza… o el toreo. Un bailarín sin estética se ve feo, al igual que un torero, así que tiene que ser algo bonito para la vista”.

Ahora, de la mano del apoderado Alejandro Peláez, José Mauricio ha logrado sumar algunas fechas durante las últimas semanas y creemos que es un torero todavía muy "rescatable", pese a que su concepto no pudiera dar para "todos los toros", debido a su talante de ese arte tan especial. A sus casi 12 años de alternativa, bien puede convertirse en un primer espada interesante.


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