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Desde el barrio: La gratitud es efectiva

Martes, 09 Ene 2018    Madrid, España    Paco Aguado | Opinión   
...las protestas de estos torquemadas del siglo XXI, pidiendo...
Hablábamos la semana pasada de que el partido Equo y otros colectivos animalistas habían promovido una indignada recogida de firmas para exigir a la televisión pública de Andalucía que el diestro Manuel Díaz "El Cordobés" no presentara, como había anunciado, la emisión de las campanadas de fin de año en dicha cadena.

Al parecer de estos sectarios neofascistas, un torero "no representa los valores positivos, democráticos y sociales" necesarios en estos tiempos, por lo que, como se desprende de su argumento, no tiene derecho a aparecer en una televisión pública desde esa condición de “apestado” que le atribuye la moralina retrógrada y estúpida del buenismo y el animalismo que nos invaden.

Fueron, según cuentan, cerca de 10 mil firmas en contra del hecho las que se recogieron a través de la plataforma Change.org, que se dedica a este tipo de cosas –da igual con qué sentido- para hacer su negocio, pero que se quedaron en nada con los cerca de medio millón de espectadores (un 21% de la audiencia andaluza) que se tomó las uvas escuchando a este simpático y querido personaje.

Es decir, que las protestas de estos torquemadas del siglo XXI, pidiendo poco menos que la hoguera mediática para Manuel Díaz, se hubieran quedado en una anécdota, de no ser por el ruido que se hizo durante días en los medios y las redes sociales que amplifican y publicitan hasta niveles aberrantes cada una de las iniciativas de estos idealizados colectivos.

El toreo, en cambio, se mueve poco en ese sentido. Por no decir nada. Hace ya tiempo que los abolicionistas nos tienen ganada la partida de la comunicación con una infatigable actividad que, engañosamente, hace ver a la opinión pública que sólo existen opiniones en contra de la tauromaquia, o que estas son infinitamente más numerosas que las protaurinas.

Por eso se antoja más que oportuna la primera medida de Victorino Martín al frente de la Fundación del Toro de Lidia, que no ha sido otra que la de enviar una carta a la dirección de Canal Sur Televisión agradeciendo que no cediera a las demandas de los animalistas y en concreto las del partido Equo, que pretendía ejercer, según reza el texto, "una censura cultural inadmisible" desde su talante "antidemocrático e intolerante".

Es así como una simple carta de agradecimiento –que ha sido suficientemente difundida por los medios– no sólo ha podido compensar de cara a la sociedad el eco de las recogida de firmas sino que además ha servido para ratificar ante los directivos de una televisión pública la vigencia del mundo del toro dentro de la sociedad y, por tanto, su obligación de continuar atendiéndonos con el mismo derecho que al resto de colectivos.

Por eso no estaría de más que la FTL continuara con este tipo de acciones, en el sentido de repetir ese agradecimiento a todos aquellos medios generalistas que todavía respetan y mantienen su atención sobre la tauromaquia a pesar de las tremendas presiones y coacciones que reciben desde muchos frentes, incluido el parlamentario o el publicitario.

Bien podría enviarse otra carta similar, o pedir una reunión formal con sus directivos, a medios como la televisión de Castilla-La Mancha, que ofrece información taurina diaria en sus telediarios y en programas semanales de televisión y  radio, al tiempo que emite todos los fines de semana de la temporada uno o dos festejos taurinos en directo, lo que, más allá de la calidad de los espectáculos, no deja de ser toda una hazaña mediática en estos tiempos que vivimos.

Pero, como con Castilla-La Mancha, también cabe ser agradecidos, por razones similares, con  el mismo Canal Sur, con la televisión de Extremadura y con otras emisoras locales que entienden perfectamente que los toros, pese a todo y por encima de polémicas, siguen arrojando excelentes datos de audiencia.

Sí, hay que hacerse presentes, hay que hacerse oír, hay que demostrar a los medios de comunicación que el mundo del toro sigue ahí, aunque haya estado absurdamente callado en todo este tiempo, porque el activismo –como sabe perfectamente el enemigo- acaba por dar resultados.

Y si no que se lo pregunten a los colectivos valencianos de "bous al carrer", que en apenas unos días han conseguido que la dirección de la que será nueva televisión valenciana haya dado marcha atrás, al menos verbalmente, en su anunciada intención de incluir los toros en su programación.

Con ganas de trabajar, aun sin excesivos medios pero con personal adecuado y una estrategia inteligente, se puede conseguir mucho en defensa de la fiesta, que pasa, como bastión fundamental, por mantener su presencia en las televisiones generalistas y en abierto.

Puede empezar a hacerse extendiendo ese agradecimiento misivo y masivo pero también ejerciendo una mínima pero firme presión, como va siendo hora de hacer de una vez con Televisión Española para que respete su acuerdo de emitir dos corridas de toros en abierto al año. ¿Qué tal, Victorino, si además es ofreciendo una de tus corridas?


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