El 1 de diciembre de 1940, el maestro Carlos Arruza recibió la alternativa en El Toreo de la Condesa, de la Ciudad de México, una efeméride digna de resaltar por tratarse de uno de los toreros más relevantes en la historia de la tauromaquia nacional.

Aquel día, el joven Arruza tuvo un padrino de auténtico lujo. Y es que fue el maestro de Saltillo, Fermín Espinosa "Armillita", el encargado de cederle los trastos para concederle el doctorado, mientras que como testigo de la ceremonia fungió el queretano Paco Gorráez, rematando un cartel de categoría.

Los toros para la ocasión fueron de la ganadería de Piedras Negras y el ejemplar de la alternativa llevó por nombre "Oncito". Al entrar a matar, Carlos Arruza fue herido por este mismo ejemplar, percance que no revistió una mayor gravedad, recibiendo así su bautismo de sangre como matador de toros.

El toricantano llegó a la alternativa a la edad de 20 años, pues nació el 17 de febrero de 1920, en la Ciudad de México, en el seno de una familia modesta de inmigrantes españoles. Desde muy chico, el gusto por la Fiesta fue desarrollándose como una vocación.

Fue el 18 de noviembre de 1934 cuando Carlos Arruza vistió por vez primera el traje de luces, lo que tuvo lugar en la placita "Vistalegre", de esta capital, a lado de su hermano Manolo y Alfonso Ramírez "El Calesero", con una novillada de la ganadería de Atlanga. En el Toreo de la Condesa debutó el 5 de abril de 1936, nuevamente junto a su hermano y completó la tercia Andrés Blando, ante un encierro de Peñuelas.

Luego de convertirse en matador, confirmó en Las Ventas de Madrid la tarde del 18 de julio de 1944, al restablecerse las relaciones taurinas entre España y México, luego del llamado "Boicot del miedo". Antonio Bienvenida fue su padrino y el testigo Morenito de Talavera, con toros de Vicente Muriel.

El toro de la confirmación llevó por nombre "Figurón". Carlos saldó su actuación con el corte de dos orejas, éstas cosechadas ante el segundo de su lote, de tal suerte que salió en volandas y comenzó su exitosa trayectoria del otro lado del Atlántico.

Carlos Arruza fue una gran figura del toreo y rivalizó con los principales exponentes de la época. Fue particularmente especial la rivalidad que sostuvo con Manuel Rodríguez "Manolete", y no fueron pocas las tardes para el recuerdo que el llamado Ciclón Mexicano brindó a la afición.

Tras su retiro definitivo como torero de a pie, que tuvo lugar en 1953, Carlos se hizo ganadero de Pastejé. Tiempo después, regresó a los ruedos pero como rejoneador. Ya de caballista, Arruza tuvo también mucho éxito y no solamente toreó en México, sino también algunas tardes en España.

Su trágica muerte, en un accidente automovilístico en la carretera Toluca-México, aconteció el 20 de mayo de 1966. Arruza contaba solamente con 46 años de edad.