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Efemérides: El Pana y "Chocolatero"

Domingo, 29 Oct 2017    CDMX    Jorge Raúl Nacif | Foto: Archivo   
22 años de un acontecimiento interesante
Han pasado 22 años y el entorno taurino continúa recordando la tarde del 29 de octubre de 1995 en la Plaza México, un festejo que tuvo tintes peculiares y en el que Rodolfo Rodríguez "El Pana" se encontró con el toro "Chocolatero", fusión en la que brotaron destellos inolvidables.

La corrida fue la última de un ciclo de oportunidad que brindó la empresa como entremés de la Temporada Grande 1995-1996, en la que iba a celebrarse el aniversario 50 del monumental embudo, la denominada "Temporada de Oro" que arrancaría con un rotundo triunfo de César Rincón.

El Pana
llegó a este cartel luego de tirarse al ruedo de La México una semana antes para pedir una oportunidad. En medio del morbo, pero también de una interesante expectación, fue contratado para partir plaza aquel día de hace 20 años, un domingo que a la postre sería muy especial.
 
Parte de una sexteta, El Pana vistió de oro viejo y azabache, y salió a torear hasta el quinto sitio y sorteó al mencionado "Chocolatero", aquel noble ejemplar que, a la sazón, lució divisa blanca pues la ganadería de El Sauz venía a la capital de la República en busca de cartel.

Ya desde el capote, Rodolfo ejecutó su amplia gama de suertes, además de colocar banderillas y literalmente encapricharse en colocar su famoso "par de calafia". Brindaría su faena al siempre bien recordado Jesús "El Ciego" Muñoz, que se encontraba allá arriba, ubicado en su palco de siempre.

Y aunque a la faena le faltó un punto de ligazón, el ahora veterano tlaxcalteca dejó fluir su inspiración y teatralidad, regalando detalles que calaron hondo entre todos los asistentes. Tal es así que, a pesar del defecto en la estocada, la petición de oreja fue mayoritaria y ésta le fue concedida.

De acuerdo a los datos estadísticos, ésta fue la primera oreja que El Pana paseó en La México como matador de toros, y una amplia sonrisa lo acompañó en la vuelta al ruedo que contó con el cariño de un público que le lanzó bolillos y varias botas. Pan y vino, para el festejar un triunfo.

Aquella tarde fue también singular pues tres matadores confirmaron su alternativa. Ellos fueron Benjamín Magallanes, Manuel Lima y Miguel Reyes "El Niño de Biafra", que ratificaron de manos de Marcos Ortega y, como testigos, el propio Rodolfo Rodríguez y Alfredo Lomelí.


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