El pasado domingo en Guadalajara reapareció el novillero zacatecano Mariano Sescosse luego de estar un año "en el hule" tras el grave percance que sufrió en la Plaza Arroyo el sábado 8 de octubre del año pasado, en la novillada final del certamen "Descubriendo un torero".

Ese referido percance fue realmente delicado, dado que el joven torero fue diagnosticado con fractura de la segunda vértebra cervical, consecuencia de una fea caída tras la voltereta que le propinó un novillo del Barralva, primero de su lote.

Aunque quizá en el momento del percance el tema no parecía para tanto, la gravedad se comenzó a percibir cuando el equipo médico ya no le dejó salir a matar al segundo novillo y le inmovilizó la zona del cuello. Sin querer parecer exagerados, Sescosse contó con una dosis de fortuna; debido a la zona, las consecuencias pudieron haber sido muy delicadas para su movilidad.

Tiene mérito el hecho de volver a torear y seguir el llamado de una vocación, pues este año no ha sido fácil para Mariano y vaya que lo hemos podido seguir de cerca, al estar siempre muy al pendiente del proceso que llevó a cabo para su evolución.

Durante cinco meses tuvo que utilizar un aparato para la inmovilización del cuello, día y noche, el cual le causaba una notoria incomodidad y resintió un poco la espalda. En marzo le fue retirado el aparato y comenzó con las arduas terapias de rehabilitación.

Con paciencia, Mariano Sescosse volvió al campo bravo a mediados de año y poco a poco comenzó a retomar sus entrenamientos con normalidad, lidiando novillos a puerta cerrada en una puesta a punto que derivó formalmente en su reaparición de luces.

El domingo en Guadalajara solamente lidió un ejemplar, al suspenderse la novillada a la muerte del cuarto debido a la fuerte lluvia. Mañana debutará en la Plaza México, en lo que también es un compromiso de mucha responsabilidad para su todavía joven tarea.

En lo personal nos da gusto que Mariano esté de regreso en los ruedos, pues es un novillero que ha mostrado cualidades interesantes en su tauromaquia y no en vano fue finalista de "Descubriendo un torero".

El zacatecano, que se preparó en España a lado del maestro Manolo Cortés y el matador Pepe Moral, cuenta con clase en sus procedimientos y muestra una tauromaquia elegante, con suavidad en los toques y en los trazos. Resulta digno de resaltar que, aunque muy joven, tenga ya un concepto o una línea a seguir.

Veremos qué tal regresa este torero y si mantiene ese camino que nos ha llegado a ilusionar, obviamente todavía con muchos aspectos por mejorar y pulir.