Arturo Gilio volvió a tocar pelo este sábado, y lo hizo en la plaza de toros de Recas, provincia de Toledo, luego de su triunfo la semana pasada en Bayona, Francia. 

Ante una entrada aceptable, se lidiaron novillos del hierro de Los Lastrones, muy bien presentados en un promedio de 470 kilos, que fueron complicados en su conjunto.

Abrió plaza el mexicano para recibir con ajustadas verónicas al primero de la tarde, que de inicio mostró malas ideas y se colaba por ambos lados; faena riñonuda a toma y daca en la que Arturo mostró que no solamente lo avala el arte que posee, sino también el temperamento para imponerse a las adversidades. Despachó a su enemigo al segundo intento, para retirarse entre aplausos del publico.

El segundo de la tarde correspondió a su alternante, el portugués Luis Pasero, quien también mostró casta y ganas de agradar frente a un complicado novillo, al final de la faena al tirarse a matar fue cogido de fea manera sufriendo conmoción cerebral por lo que fue trasladado a la enfermería.

Arturo se quedo solo con los dos novillos restantes, que no mostraron mayores cualidades que sus hermanos. Sin embargo, el mexicano logró arrancar buenos muletazos al tercero y con el cuarto, el más potable del encierro, pudo mostrarse ante el publico asistente, logrando tandas ajustadas por ambos lados y manoletinas de mucha exposición; se tiró a matar por derecho para lograr una estocada fulminante para que le juez le otorgara una merecida oreja con petición de la segunda, que no fue concedida.