Después de cinco meses de haber sufrido una grave cornada en la Plaza México, el matador zacatecano Antonio Romero se volvió a poner frente a los pitones de un par de vacas y un novillo, que Marco Antonio González, propietario de la ganadería de Piedras Negras, gentilmente le echó para que se probara.

Debió haber sido necesario además de la vigilancia médica, llevar una preparación física y técnica adecuada para superar el trauma psicológico de un percance con la magnitud del que sufrió Antonio el pasado 19 de marzo ante un toro de esta casa ganadera que hoy le abrió sus puertas.

"Desde que entré a la ganadería tuve sentimientos encontrados. Se me erizó la piel. Solamente yo sé lo que he pasado estos meses, de una larga y dura recuperación, y de una exigente rehabilitación. Volver a esta ganadería, que me marcó la vida, y a la que llevaré siempre en mis recuerdos, me hacia mucha ilusión. El recibimiento del ganadero Marco González como de las personas que aquí estuvieron, quienes me hicieron sentir su respeto, me alimenta para seguir adelante. Cuando me puse delante de las becerras, volví a nacer", dijo el diestro zacatecano.

Al filo del mediodía desafiando al clima se dio suelta a dos hembras con las que Romero ha estado muy bien; entendiendo las condiciones escasas de la primera le cuajó muletazos buenos mostrando de inmediato su buen estado físico y anímico.

En la segunda que tuvo gran calidad y fue a más, el torero se gustó en muletazos con temple y largueza luciendo como si nada pero disfrutando nuevamente el toreo. Luego cuando brindó la faena del novillo al propietario, sus palabras cargadas de emoción manifestaban su agradecimiento al ganadero y a la vida pues dijo que esa fecha del 19 de marzo había marcado su carrera.

La lluvia no se hizo esperar apareciendo cuando empezaba la faena al novillo, éste empezó a resbalar al embestir lo que hizo entonces sin confiarse y empezó a quedarse dificultando la estructura del trasteo, que no impidió a Romero dejar una buena impresión.

Para Romero, que reaparecerá en los ruedos el próximo 16 de septiembre en la Monumental Zacatecas, estar en el campo bravo es "la mejor medicina y aunque estuve preocupado por verme sin sitio, todo salió bien. Disfruté bastante cada muletazo. Estoy consciente de lo que estoy haciendo, y después de la cornada todo lo hago con mayor ilusión porque estoy frente a la segunda oportunidad que me da Dios de realizarme a través de lo que más amo en la vida, que es torear", comentó.

Ya en pleno aguacero con el fondo de los toros en el campo bravo, saboreamos una paella preparada por Antonio Moreno Durán, junto a la hospitalidad de Marco Antonio González y la buena reaparición del diestro zacatecano Antonio Romero, todo ello en un ameno día campero.