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Emocionante cierre de feria en Riobamba

Martes, 06 Jun 2017    Riobamba, Ecuador    Santiago Aguilar | Foto: Calderón   
Vibrante momento de la faena de Álvaro Mejía

Una espléndida alternativa cumplió el pasado domingo el jinete Álvaro Mejía, que se convirtió en rejoneador de toros bravos; la emocionante y poco usual ceremonia se consumó en los medios de la plaza "Raúl Dávalos" de Riobamba, cuando el maestro portugués Joao Moura depositó un rejón en las manos del joven caballista ecuatoriano. El acto cargado de simbolismo y tradición representa el doctorado en toreo a la jineta, grado superior adquirido por Mejía tras una década de lucha y preparación.

Los momentos más destacados de su actuación se vivieron durante la lidia del sexto de la tarde, un bravo toro de Santa Coloma al que instrumentó una larga faena aprovechando las prontas y repetidas embestidas de la res.

Cabalgando en “Triunfador” clavó con precisión los rejones de castigo; conduciendo a “Torero” prendió hasta seis palitroques en lo alto del morillo tratando de ejecutar las suertes con pureza y verdad al encontrarse con el toro, en esa circunstancia el quehacer del caballero adquirió intensidad  y emoción más aún a la hora del adorno con vistosas piruetas.

 Para la suerte suprema montó a la yegua “Triana” con la que consiguió un rejonazo de rápido efecto que desbordó el entusiasmo popular determinante para la obtención de las dos orejas. 

En el primer toro de su lote, también de procedencia santacolomeña, ejecutó el tercio de banderillas al quiebro y la llamativa suerte del violín. Pese a fallar con el rejón de muerte recibió una sonora ovación.

Con destreza pasó por la arena riobambeña el diestro lusitano Joao Moura que cumplió una labor cargada de solera y torería con base en un jineteo magistral para buscar el triunfo pese a no contar con una adecuada cuadra de caballos. Escucho palmas en su primero tras ejecutar las suertes con facilidad.

Su tarea tuvo mayor importancia con el cuarto de la tarde, otro buen toro con la divisa de Peñas Blancas que expresó bravura y fijeza,  al que Moura colocó las banderillas con precisión en los medios de la plaza, en especial, al prender un palitroque corto con que ornamentó los lomos del astado.

Pese a pinchar con el rejón de muerte, dio una merecida vuelta al ruedo en la que recibió la admiración del público que supo valorar la impronta de autoridad exhibida por el legendario  “cavaleiro”.

Una oreja obtuvo del corrido en quinto lugar el matador local José Antonio Benítez al cabo de un trasteo intermitente a un extraordinario toro con el hierro de Campo Bravo que tomó los engaños con bravura y calidad.

En el capoteo inicial el astado ya mostró su condición al tomar la tela rosa con codicia y claridad; más tarde las dulces y templadas embestidas de "Rompehielos" se sucedieron tantas veces como el torero le presentó la muleta, la que buscó con profundidad y largueza. Algunos pases resultaron de buen acabado; sin embargo, la molestia del viento y las dudas del lidiador impidieron que la faena tenga mayor importancia.

En su primero Benítez fue ovacionado por un quehacer discontinuo del que sacamos en limpio algunos pases de buena factura.

 Samper y "Sombrío", los triunfadores

 La empresa que gestiona la plaza de toros "Raúl Dávalos" de Riobamba, anunció a los triunfadores de la Feria del Señor del Buen Suceso. El matador de toros ecuatoriano Álvaro Samper fue declarado triunfador del ciclo por su brillante actuación la tarde del sábado 3 de junio.  El mejor toro del ciclo fue "Sombrío" de la ganadería de Campo Bravo indultado en el segundo festejo. El novillero José Andrés Marcillo también fue premiado al igual que el rejoneador Álvaro Mejía y el picador Bayardo Pastrano.

El anual serial de corridas en la ciudad de Riobamba se cerró con un sobresaliente resultado artístico dadas la entrega de los toreros y, sobre todo, por el número de toros aptos para el lucimiento de los espadas. De los ejemplares presentados apuntamos en la lista de los destacados a Topinero y Sombrío de Campo Bravo que fueron indultados, al gran Rompehielos de la misma divisa, además de Marimoreno de Peñas Blancas y Pasoslentos de Santa Coloma.

La feria contó con una impecable organización evidente en la seriedad de la presentación de los encierros como en el cuidado de los detalles que ofrecen comodidad al público y jerarquía al desarrollo de los espectáculos.


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