Los matadores Jerónimo y Joselito Adame fueron los primeros triunfadores de la Feria de Puebla, al llevarse una oreja por coleta durante la corrida con la que esta noche regresó la fiesta de los toros a la plaza "El Relicario", que no tenía actividad hace un par de años.

Con dos lances cambiados recibió Jerónimo a un castaño claro, de pinta no tanto de embestida, al que sin embargo le pudo ligar algunas verónicas con su sello, dando paso a un buen puyazo de Paco Salinas para que luego nos ofreciera un quite por navarras y vistosa serpentina al rematar. Se cubrió el segundo tercio logrando el aspirante Carlos Martell dos buenos pares que emocionaron al público que le aplaudió con fuerza para que saludara previo permiso del matador.

Los primeros pasajes de la faena por el pitón derecho dejaron ver quien mandaba en el ruedo, pues el toro se revolvía pronto y el Jero resolvió gracias al sitio que ha adquirido por sus frecuentes actuaciones; logró series bien rematadas con cambios de muleta por delante, terminando con lasernistas y manoletinas antes de un pinchazo arriba que borró con nueva serie de derecha seguida de espadazo entero desprendido, lo que hizo que el juez tardara en conceder la oreja.

Se abrió la puerta de toriles después del paseíllo y salió caminando el primero, dando desde entonces muestras de lo que sería, no obstante el tumbo a Fermín Salinas después no peleó. Empezó el torero echando muy abajo el engaño y así ligó magníficos doblones con la mira de sujetarlo, para ligar el trasteo dificultado por la falta de casta del animal que se escupía de cada muletazo, tanto que tuvo que ir por él en varias zonas del ruedo; pinchazo hondo en el chaleco y entera en el mismo sitio, escuchando un aviso y palmas tras los pitos al toro cuando era arrastrado.

La primera oreja de la noche fue para Joselito Adame, que lanceó con pulcritud al tercero de escasa transmisión. César Morales cumplió su labor de manera efectiva tras lo cual vinieron unas chicuelinas con voluntad. Sujetándose de los tableros inicio por alto su labor en la que destacaron series muy templadas con la diestra, hasta que el toro empezó a salir con la cara hacia las lámparas y entonces se adornó con algunos molinetes, colocó una estocada desprendida seguida de un golpe de descabello; al recibir el premio escuchó algunas protestas.

Menor presencia tuvo el que cerró plaza lo que provocó leves pitos del tendido. Joselito le dio dos largas de rodillas y luego poco digno de mención con la capa y lo siguiente. Pese al viento se esforzó por ambos pitones ante un astado que lo mismo se frenaba o salía suelto con evidente descastamiento. El torero dejó media estocada y luego otra con mayor profundidad para retirarse entre algunas palmas.

Tampoco Sebastián Castella tuvo materia prima para su labor. Aseado el recibo capotero al segundo al que después con la muleta le ligó algunas series derechistas sin impactar, al natural tuvo mejor respuesta y cuando regresó al perfil derecho, el toro empezó a doblar contrario y escupirse; la estocada pasada fue suficiente y terminó en silencio.

El corrido en el lugar de honor resultó complicado dejando ver únicamente la voluntad de Sebastián. El francés tuvo momentos meritorios y tras la media estocada en buen sitio escuchó palmas.