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Efemérides: La histórica encerrona de Rovira
Por: Juan Antonio de Labra | Foto: Archivo
Sábado, 03 Jul 2010 | México, D.F.
Hoy se cumplen 61 años de la encerrona de Raúl Acha "Rovira" en Las Ventas
Raúl Acha "Rovira" es el único torero americano que ha actuado en solitario en la plaza de Las Ventas de Madrid, hecho que ocurrió un día como hoy, 3 de julio de 1949, en unas circunstancias muy interesantes, pues aquella fue una provocación directa en contra de Luis Miguel Dominguín, su acérrimo rival, y por entonces mandón de la Fiesta.

Y aquella osadía de promover una encerrona dos días antes de la que iba a tener Luis Miguel en el mismo escenerio, en el marco de la corrida de la prensa, le granjeó simpatías de aquellos que iban en contra del orden dicatorial que ya, por aquella época, a finales de la década de los cuarente, imponía el hijo de Domingo Dominguín.

"...lo que nadie negará a Rovira es su valerosa voluntad, sus deseos sin medida, su propósito de luchar y seguir adelante..." Así dice un breve estracto de la crónica publicada en el periódico ABC del martes 5 de julio, en la que se refiere la manera en que el alto y pundonoroso torero nacido en Argentina -y naturalizado peruano- consiguió frente a los toros del Marqués de Albayda.

Y en este orden de ideas, la actuación del ejemplar estoqueador, se resume en un balance digno de encomio: Ovación, oreja, dos orejas, vuelta, ovación y oreja, para salir en volandas por la puerta grande camino de la calle de Alcalá.

"Cuentan que Rovira les pidió a los costaleros que lo llevaran hasta la calle del Príncipe, a las afueras de casa de Luis Miguel. Este enfrentamiento buscado intencionadamente por Rovira, para promocionarse, acabó en un incidente en Lima en el que llegó a abofetear al orgulloso madrileño que -según cuentan- le mandó luego a su cuadrilla y concretamente a sus picadores para que le dieran un escarmiento", refiere el escritor Carlos Abella en el tomo II de su libro "Historia del Toreo".

De "sorprendente y revolucionaria" califica Abella la trayectoria de Rovira, que fue un profundo conocedor de la Fiesta y sus entresijos; un taurino sagaz, forjado en las más duras batallas fuera del ruedo; empresario de Lima y apoderado, que atesoraba un concepto claro e integral del toreo.

Hoy hemos querido recordar esta efemérides no sólo por tratarse de un hecho histórico de acusado relieve para la torería de este lado del Atlántico, por ser la única encerrona de un torero americano en Las Ventas, sino porque el torero capaz de llevarla a buen puerto fue uno de esos hombres de los que se habla poco, pero que, sin embargo, goza de un reconocimiento y un cariño muy especial entre los taurinos más reconocidos del siglo pasado.