Al Toro México | Versión Imprimible
Ernesto González se lleva las quinielas en Cali (fotos)
Por: Rodrigo Urrego | Especial
Domingo, 30 Dic 2012 | Cali, Colombia
Mora y Bolívar, en volandas

Las quinielas previas a la feria de Cali señalaban a la corrida de Ernesto González Caicedo como la principal carta de la temporada. Siempre estuvo, nunca salió, entre las dos fechas señaladas de los carteles estrella de este renovado ciclo.

Los vientos favorables a la divisa verde y oro soplaban desde meses atrás. Sus recientes antecedentes en la arena de Cañaveralejo, ferias atrás, pero también las noticias que corrieron en el 2012, en corridas de pueblos y hasta en toros lidiados a puerta cerrada, daban a este hierro el cartel, o caché, de tener los toros con los que mejor se puede hacer el toreo.

Y la apuesta le fue favorable a Luis Bolívar, David Mora, y poca fortuna en el que la había ganado en el tira y afloje de las negociaciones para la conformación de los carteles. Se dijo que Pablo Hermoso de Mendoza se la ganó a El Juli. Pero en la corrida fue el mayor damnificado con unos toros que le plantearon múltiples dificultades.

Bolívar no sólo se llevó el pleno de la quiniela. Se sacó un auténtico Baloto. En la corrida de Ernesto Gutiérrez encontró el trofeo del Señor de los Cristales. Primero lo fue a buscar a la puerta de chiqueros, en una larga cambiada de rodillas para calentar motores y señalar al dueño de la tarde. Y tras ese saludo encontró el trofeo en las deliciosas muy deliciosas embestidas de Botafuegos, el toro que abrió la tarde. "Botafuegos" era de esos toros que salen muy pocas veces, muy contadas. Tenía clase y ritmo.

No atacaba la muleta sino que se dejaba atraer por ella, entregado, casi hipnotizado. Y se dejó conducir por una muleta templada, que se advertía dominada a gusto por el torero. Bolívar destapó el champagne que era "Botafuegos" y se tomó todo su tiempo para paladearlo en su totalidad. En series muy hilvanadas, muy conectadas. Que se elevaban desde el primer muletazo hasta el último, y que culminaban, algún conjunto de ellos, con el torero enrabietado y el público parado de sus asientos. Hubo hasta petición de indulto. Algo faltó en el diálogo para que ambos terminaran compartiendo el premio mayor. "Botafuegos" tuvo que resignarse con la vuelta al ruedo en el arrastre. 

Bolívar además se llevó "premio seco" que le permitió asegurar su triunfo. El cuarto era un toro que tenía las mejores intenciones, pero al que algo le faltaba para que sus movimientos fueran más codiciosos. La faena, también muy templada, no tuvo el nivel de ebullición. Quizás el ingrediente que debía ponerle el toro a la receta de la emoción. Pero valió la oreja para terminar el golpe de contundencia.

David Mora también se ganó un premio, no tan gordo, pero no menos trascendente. Se sacó una salida a hombros en Cañaveralejo. Una puerta grande en Cali. Un azulejo en el patio de cuadrillas de la plaza podrá estrenar si le alcanza para repetir actuación dentro de doce meses.

Mora se llevó como manjar blanco, el postre típico que se llevan los turistas que visitan Cali, dos toros que tenían principalmente eso, dulce. Su primer toro, tras un fuerte encontronazo con el peto, un auténtico estrellón del que salió algo grogui, acusó la falta de fuerza, pero nunca abandonó su bondad, a pesar de que lo hiciera con movimientos de inválido. Por eso, la faena, en la que seguramente el torero había disfrutado, se advertía un poco abusiva. No inyectaba de emoción, ni siquiera generaba ternura.

En ese toro, y también en el quinto, Mora no escatimó ninguna de sus monedas para apostar a la puerta grande. Dio de todo: largas cambiadas, una esquivando el relámpago del toro en la salida de la puerta de chiqueros, otras en los tercios, lances y muletazos mirando al tendido, pases templados, alardes, arrimones. Y todo eso certificado con una espada a la primera, trajeron la fortuna para el de Albacete en las dos orejas que le abrieron el duro cerrojo que la puerta grande tuvo en Cañaveralejo.

Y fue un duro cerrojo porque Pablo Hermoso de Mendoza no fue capaz de abrir. Hace un año hasta había indultado un toro de Ernesto González. Un indulto a un toro de rejones que sólo sucede en Cali. Esta vez el rejoneador navarro tuvo hasta que reinventarse, porque sus emociones no se habían contrastado, por lo menos en Cali, con dos toros mansos, distraídos, con cosas para resolver. Por eso las faenas no erizaron la piel, no se advertían tan admirables.
 
Eso sí fueron muy acogidas por un público aferrado a la apuesta de Pablo hermoso de Mendoza que se marchó de Cali con la mejor taquilla de la feria, en el único casi lleno, con las manos medio vacías. Solo tenía una oreja. Cuando la costumbre era otra, cuando la apuesta fija era la que llevaba su nombre. Los tiempos cambian en Cañaveralejo.   

Ficha
Cali, Colombia. Plaza de toros Cañaveralejo.- Última de la Feria de Cali. Casi lleno. Seis toros de Ernesto González, dos de ellos para rejones, los de a pie de preciosas y recogidas hechuras, con todas las cualidades para interpretar el toreo, aunque 2o. adoleció de fuerza y el 4o. de raza. "Botafuegos", 1o., , fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Los toros para rejones desarrollaron dificultades para el rejoneo. Luis Bolívar (blanco y plata): Dos orejas y oreja. David Mora (rosa pálido y oro): Silencio y dos orejas. El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: Ovación y oreja. Incidencias: Mora y Bolívar salieron en hombros.