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"Dejo una bonita hermandad": Lailson

Jueves, 17 Oct 2019    CDMX    Redacción | Foto: Archivo   
Comenta sus impresiones tras anunciar su retiro de los ruedos
"Todo sea por la familia", es la frase más común que el ser humano suele expresar al referirse cuando alguien se desprende de algún bien material o inmaterial, en aras de salir adelante por la familia. Tal es el caso de Tonatiuh Lailson, originario de Michoacán, que hasta el mes pasado fue el cabo de los Forcados Mexicanos, y quien tras aceptar un mejor trabajo tuvo que emigrar a Quintana Roo, donde seguro le irá mejor por el bien de su familia.
 
Despedirse de los Forcados no fue fácil después de permanecer 11 años en sus filas, de los cuales siete fueron al frente de ellos.

"Acuérdate que los forcados no vivimos del toro, todos tenemos profesión o estudios, y esto lo hacemos por amor al arte y a preservar una tradición. Yo estudié Turismo y me ofrecieron una súper oferta de trabajo acá en Cancún y me vine con mi familia que la integran mi esposa y dos hijos, un niño de 12 años y una niña de 8. Así que la decisión la tomé por el tema familiar, pues quería mejorar", señaló Lailson.

"Tona", como le llaman sus amigos, recordó que en los años noventa quiso ser novillero y que incluso participó en la Feria Nacional del Novillero Telmex que estuvo a cargo de Pepe San Martin.

"Mi vida también ha sido jugar futbol americano. Por cuestiones de estudios salí de Michoacán y me fui a vivir a Puebla, donde la Universidad de Las Américas de Puebla me ofreció una beca deportiva y ahí jugué en Liga Mayor de la ONEFA, defendiendo a los Aztecas y a la Selección Nacional, que fue una etapa muy bonita de mi vida y entonces me salí un poco del toro", agregó.

Pero sus recuerdos de cuando era novillero le fueron volviendo con mayor insistencia, motivándolo a ir para adelante como cuando en el emparrillado atrapaba un balón y se iba de frente, solo y sin adversarios, a la zona de diagonales del rival.

"De repente esto de los toros me dio otra vez como a envenenarme y fue cuando conocí a los Forcados Mexicanos en Lagunillas, Michoacán. Conocí a Miguel Louceiro y le pregunté qué onda con esto y me dijo "órale, si quieres entrar al grupo" y así fue como llegué con los que considero mis hermanos. Porque al ser forcado te integras a una hermandad muy bonita. Nos jugamos la vida como hermanos y eso te hace estar siempre muy unido, lleno de entusiasmo y cariño por los demás. Cada uno le tendrá amor a su chaquetilla y a su grupo, pero yo caí en la suerte de estar con el grupo más antiguo de México, el de las leyendas, el primero, y haber sido el cabo de este grupo ha sido un orgullo muy grande", agregó.

Al frente de los Forcados Mexicanos, Lailson logró concretar festejos en plazas muy importantes como Mérida, Texcoco, Mazatlán, y La México, de la que conserva los mejores recuerdos en las cinco ocasiones que llevo al grupo a este escenario, el más importante del país.

"Sin duda la Plaza México fue algo muy especial en mi carrera. La primera vez que regresamos después de aquella ausencia de Forcados en la México fue trascendental. Como buenos recuerdos tengo esos precisamente en la Plaza México donde pegué un toro de largo y dimos la vuelta al ruedo. Conservo también grandes recuerdos memorables como una corrida de rejones en Mazatlán, delante de un toro que había rejoneado Emiliano Gamero, y al que le cortó dos orejas, y dimos juntos la vuelta al ruedo", señaló.

A sus 44 años, Lailson sueña con despedirse como lo hacen todos los forcados, con una última tarde "pegando un toro de cara", pero sólo el tiempo lo dirá más adelante si acaso puede concretar esta ilusión.

"Si se da una oportunidad y una corrida ahí me despido. En caso contrario, nada más queda en haberlo anunciado al grupo y nombrando un nuevo cabo, que será Uriel Montes de Oca. Espero que mi grupo siga en el escalafón donde se quedó. Es un grupo importante. Ahora está al frente un forcado importante, con afición y ganas de hacer bien las cosas. Los voy a seguir apoyando siempre desde la distancia, siempre con mi corazón", afirmó.

Por lo pronto, y aunque está lejos de sus compañeros, en un municipio que tiene asuntos pendientes con los grupos de antitaurinos, ya se convirtió en nuevo integrante de la peña "Península Taurina" y una de sus primeras misiones es buscar si entre los niños y jóvenes anda escondido por ahí un nuevo forcado capaz de hacer su propia historia como la que hizo Tonatiuh Lailson. ¡Suerte, torero!


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