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Otro verano sangriento...

Domingo, 08 Sep 2019    CDMX    Juan Antonio de Labra | Plaza 1 | Alfredo Arévalo           
Arturo Macías pagó hoy su tributo de sangre en la plaza de Madrid
El verano de 2019 será recordado como aquel de hace 60 años que dio título a la serie de reportajes escritos por Ernst Hemingway para la prestigiosa revista Life, en los que reflejó la rivalidad entre Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín de la temporada de 1959.

Y es que el triste rosario de cornadas que comenzó a hilvanarse en las Fallas de Valencia, y más tarde en la de San Isidro hasta extenderse a varias plazas de España y Francia, dejó varados a muchos toreros que cayeron heridos en las pitones de los toros, cada uno de distinta manera y en diferente circunstancia, pero todos, eso sí, en el ejercicio de una vocación tan sincera y riesgosa.

Hoy tocó turno a Arturo Macías, por desgracia. Y se trata de la enésima cornada del valiente hidrocálido, torero macho donde los haya, que en un descuido, el primer toro de la corrida de esta tarde en Madrid, le pegó una cornada seca, muy dolorosa y hasta grave, en la pierna derecha.

Porque de no haber sentido tanto dolor, seguramente Arturo hubiese permanecido en el ruedo hasta dar muerte al toro de Pallarés que lo caló. Su amor propio, su fortaleza de carácter, y su fe en sí mismo, lo han hecho soportar "tabacos" serios. Y cuando ha tenido que afrontar dichas adversidades, y no se ha visto imposibilitado de continuar la lidia, jamás ha evitado cumplir con el cometido de permanecer, estoico sobre la arena, hasta dar muerte al toro.

Pero hoy era imposible. El gesto de dolor que marcó su rostro denotaba que aquella cornada era grave, y más aún la fractura del cuello del peroné, donde el pitón del toro le produjo una lesión en las terminaciones nerviosas de la zona y contundió el nervio ciático.

Por eso su reacción de que lo asistieran los compañeros fue inmediata, y como la cornada se produjo cerca del burladero de matadores, no tardaron mucho tiempo en llevarlo con urgencia a la enfermería, donde fue operado de inmediato.

La pena fue haber quedado casi inédito, pues aunque pudo componer una faena estructurada ante ese complicado ejemplar de Pallarés, el primero de la tarde, el hidrocálido no alcanzó a redondear el triunfo por el que había venido, tal y como lo soñaba desde el año anterior en que, tras una entonada actuación, volvía a esta plaza.

Así es esto, lamentablemente, y Arturo lo ha asumido, pues no en vano tiene el cuerpo cosido a cornadas, dignas de quien se ha puesto delante, y ha hecho siempre un encomiable esfuerzo para triunfar y dar la cara... en este caso por México.

A partir de la cornada de Macías, la corrida se convirtió en un inesperado mano a mano entre el sevillano Oliva Soto y Thomas Dufau, dos toreros con menos experiencia y sitio que el mexicano, que trataron de solventar la papeleta cada uno con sus recursos.

La faena más entonada corrió a cargo de Dufau, con el segundo toro de la tarde, uno de los pocos que dio opciones de lucimiento, en una tarde en la que se echó en falta más bravura y transmisión por parte de los toros de ambos hierros: Rehuelga y Pallarés.

Resulta innegable la armonía y el tipo de los toros, propio de su fina estampa de Santa Coloma, vía Joaquín Buendía, pero al final no salieron como se hubiese esperado y esto complico distintos pasajes de la corrida, que no acabó de romper.

Y salvo algunos detalles sueltos de Oliva Soto con el capote, al torear a la verónica al quinto, que fue devuelto, o algunos otros pasajes de las restantes faenas de Dufau, ahí no pasó casi nada.

La nota negativa fue el percance sufrido por Arturo Macías, que ahora deberá recuperarse con calma para volver a demostrar, como tantas otras veces, la pasta de torero tan sólida con la que está moldeado su indómito carácter, el de un triunfador que tiene una enorme entereza.

Ojalá que muy pronto ya pase la página de este verano sangriento, en el que hoy, lamentablemente, le tocó turno de hacerse presente a un torero honrado curtido en duras batallas.

Ficha
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. "Desafíos ganaderos". Primera corrida. Un cuarto de entrada en tarde soleada y cálida. Toros de Rehuelga (3o., 4o. y 6o.) y tres de Pallarés (1o., 2o. y 5o bis, sobrero sustituto), correctos en presentación y muy en tipo de su encaste Santa Coloma, vía Buendía, varios de armoniosas hechuras, de juego variado, de los que destacó el 2o. por su nobleza. Pesos: 557, 516, 490, 491, 530, 497 y 525 kilos. Arturo Macías (azul marino y oro): Herido. Oliva Soto (azul marino y oro): Silencio tras aviso en el que mató por Macías, silencio y silencio tras aviso. Thomas Dufau (azul marino y oro): silencio tras aviso, ovación y silencio tras aviso. Incidencias: Arturo Macías resultó herido durante la lidia del primer toro de su lote, tras intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza, el parte médico señaló lo siguiente: "Herida por asta de toro en el tercio superior de la cara externa de la pierna derecha de 25 centímetros que produce destrozos en músculos tibial anterior y perineos, fractura del cuello del peroné, contunde nervio ciático poplíteo externo con arrancamiento de la rama colaterales del mismo. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros y pasa a la clínica de la Fraternidad. Pronóstico: grave". Firma el doctor Máximo García Leirado. Sobresalió en banderillas Mathieu Guillon, que saludó en 3o.; y en la brega, Víctor Saugar "Pirri", mientras que Manuel Rodríguez "Mambrú" estuvo atento y bien colocado. El turno de la lidia de los toros se corrió, así que el 3o. salió en 2o. lugar, y viceversa.

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