Sebastián Ibelles es el primero en esta temporada en abrir la puerta grande del coso ubicado en Insurgentes Sur con dos orejas en mano. Por su parte Juan Pedro Herrera y Ramón Jiménez cortaron un apéndice respectivamente y Joel Delgado recibió una ovación en su lote.
El mexiquense Sebastián Ibelles quitó por chicuelinas ligada con tafallera que abrochó con la soltura del capote al ejemplar de regalo proveniente de Huichapan, lo cual fue del agrado del público. La experiencia de Ibelles es notoria en el ruedo, tanto que con calmados lances a la verónica, esperó la embestida del astado para ejecutarle una serie, misma que fue coreada y provocó que las palmas sonaran y algunos sombreros aterrizaran en el ruedo.
Ibelles ante una afición cautivada por la faena cortó dos orejas, así mismo el respetable se metió con el juez, quien ante ese hecho anunció arrastre lento. El mexiquense ante el primero de su lote ejecutó una faena machacona, voluntariosa, en la que le peleó al novillo en las tablas, pero el cual no le ayudó a transmitir hacia el tendido, aunado a que falló con el acero.
El tapatío Ramón Jiménez, mismo que hace dos días debutó como novillero, cautivó a la afición y caló hondo luego de que ejecutó seriales de naturales profundos, con clase, con los cuales arrancó vibrantes "¡Olé!" Que retumbaron en Arroyo.
Ramón Jiménez con arrojo y valentía banderilleó con palitroques cortos, de los cuales para colocarle el último par, citó al cuarto de rodillas, para posteriormente ponerle la mano en el testuz, en tanto el astado le embestía. Con una estocada de efectos cortó un apéndice.
Juan Pedro Herrera al intentar colocarle el segundo par de banderillas al tercero de la tarde, le perdió la cara al astado y recibió una cornada, a la cual el banderillero Juan Ramón Saldaña le hizo un torniquete con su corbatín.
El público con aplausos reconoció las buenas maneras, calidad y valentía del joven hidrocálido ante un novillo que le permitió expresarse. Mató de una estocada sin puntilla, fulminante, que le valió una peluda.
Joel Delgado "El Panita" recibió a porta gayola al primer ejemplar de Huichapan de rodillas para pegarle dos faroles, mismos que fueron del agrado de la afición.
El Panita banderilleó al primero de la tarde, con lo cual hizo sonar la diana tras colocar el famoso par de Calafia. El astado cambio de lidia, se rajó ante la muleta, pero Joel Delgado tuvo voluntad, afición y estuvo muy puesto durante la lidia.
La sexta novillada fue una tarde de múltiples matices, ante unos novilleros valientes, entregados, que se superaban así mismos y regalaron suertes que arrancaron múltiples y sentidos "¡Olé!" , tarde de talento y de ganas de ser.