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De Alba corta dos orejas en Tlaquepaque

Domingo, 04 Ago 2019    Guadalajara, Jal.    Felipe Aceves | Foto: Sierra           
Cortó dos orejas al cuarto toro, que fue premiado con vuelta al ruedo
Caray, cuánta solera se respira en el coso de Tlaquepaque. Cuánta buena disposición de un público, a veces hasta pasional, participativo y siempre dispuesto a juzgar, en la medida acorde al tenor de los toreros actuantes ¿Entendido también? ¡Por supuesto! A la placita "El Centenario" asisten los aficionados cabales de Guadalajara.

Hoy tuvieron oportunidad de saborear –de nuevo– un muy buen encierro del hierro de don Juan Pablo Corona. Los resultados que hasta el momento arroja San Constantino, la verdad son una bendición. Cuánto esfuerzo, cuántos sacrificios realizan un sinfín de ganaderos. Sin embargo, el hierro de Soyatlán del Oro, Jalisco, parece estar bendito: la cosecha de hoy fueron, tres toros buenos, uno muy bueno, y otro de vuelta al ruedo, no es una cosecha baladí. Transmiten y requieren de lidia necesaria al son y nobleza de los ejemplares que están criando en esta casa ganadera.

Por esas complicaciones de un coso, más que centenario, hubo de correrse un turno y lidiar en primer sitio el correspondiente a Xavier Ocampo, segundo en el orden. Por desgracia, una racha inoportuna, no le permitió capitalizar al tapatío las buenas condiciones del ejemplar que le tocó en suerte.

Mas, justo es destacar que, a pesar de las condiciones adversas, Xavier estuvo en el sitio. Cuando amainaba el viento aprovechaba muy bien al de San Constantino; de no haber sido por sus fallos con la espada habría metido en su espuerta un bien ganado trofeo. El público lo llamó con fuerza a dar una vuelta al ruedo, pero él prefirió saborear una sonora ovación en el centro del ruedo.

Mauro Lizardo, quien –lógico– se vio fuera de sitio, aún conserva ese carisma que tanto gustó a los tapatíos en su etapa novilleril. Para el segundo tercio invitó a De la Isla y a De Alba, a cubrir el tercio. Escucharon los tres una salva de aplausos. Y ese público lo consintió, y lo arropó, y reconoció su labor, frente a un fino astado negro, con mucha plaza, con bravura, pero que –como los toros buenos– exigió el buen toreo que Lizardo, con un poco más de rodaje es capaz de hacer. A pesar de un recado del palco, su labor fue premiada por la parroquia con una sonora ovación, que el torero optó por escuchar en el burladero. Seguro estoy, que la gente vería con mucho gusto su repetición.

El Tlaquepaquense, Julio de La Isla se recreó, sobre todo, con la franela. Series por ambos lados fueron jaleadas por el público, que lo alentó en todo momento. Abrochó su labor con un soberbio y emocionante espadazo hasta la borla. Menuda forma de entregarse a carta cabal. Cosechó una merecidísima oreja.

Arturo De Alba, se llevó el gato al agua. Le correspondió en suerte, el toro de la tarde: en precioso cárdeno claro; bajito de agujas, que tuvo son, fijeza, que fue noble, emotivo. Pronto, obediente a los engaños y de largo recorrido. Comenzó con cinco lances fundamentales, que iniciaron en tercio, y concluyeron en el centro del anillo, con un torero remate de la brionesa.

Él mismo retiró al toro del caballo, con un quite por los adentro, para enseguida realizar chicuelinas a pies junto que abrochó con una soberbia y mecida media verónica (perdón por la rima). Con la muleta metió al toro en la canasta con toreo templado, de rodilla flexionada, cambio de muleta por delante, de la derecha a la siniestra, para ligar el bien toreado pase de pecho.

Confiado, De Alba saboreó series por ambos lados, y destaco un kilométrico y lentísimo pase de pecho con la diestra. Para culminar su labor, se volcó sobre el morrillo para dejar una entera y cortar un par de orejas, con sabor a gloria. A "Constantino", su colaborador le fue premiado el son, la fijeza, el recorrido, la nobleza, la prontitud y la obediencia a los engaños, con una vuelta al ruedo a los despojos. La señora ganadera, Marcela de Corona, y sus dos hijos, Natalia y Sebastián, acompañaron a Arturo en una vuelta al ruedo.

De Alba obsequió un quinto toro, pero el público desatendió su labor debido a la polémica por el ofrecimiento de Lizardo de obsequiar un astado –el único que quedaba en los corrales– y que ya era propiedad de Arturo De Alba.

Según nos comentó la empresa, los festejos continuarán en El Centenario. Por lo pronto, ya tienen apalabrada la actuación de Pepe Murillo, y algunos nombres de toreros, toros y fechas, que anunciarán en su oportunidad.

Ficha
Tlaquepaque, Jal.- Plaza "El Centenario". Media entrada en tarde de calor bochornoso. Cinco toros de San Constantino (el 5o., como regalo), muy buenos en general, de los que destacaron 1o. y 3o., premiados con arrastre lento, así como el 4o., que recibió el homenaje de la vuelta al ruedo. Pesos: 480, 475, 460, 455 y 470 kilos. Mauro Lizardo (rosa y oro): Palmas. Xavier Ocampo (gris perla y plata): Ovación. Julio de la Isla (nazareno y oro): Oreja. Arturo de Alba (azul añil y oro): Dos orejas y palmas en el de regalo. Incidencias: El orden de lidia se alteró por una cuestión de manejo en los corrales, y por tal motivo, al saltar a la arena el toro que estaba reseñado en segundo lugar, Mauro Lizardo salió por delante. Sobresalió en varas Álvaro Carrillo, que picó muy bien al 3o. Al final de la lidia del 4o., la ganadera Marcela de Corona y sus hijos acompañaron a De Alba en la vuelta al ruedo. Pepe Murillo no compareció a esta corrida porque está previsto que participe en otra más adelante, según informó la empresa.


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