José Tómás torea este sábado en la plaza de Granada al cabo de un año sin vestirse de luces. Y como siempre sucede con él, la tercera Corrida del Corpus tiene visos de acontecimiento, en una ciudad andaluza con marcado acento árabe, donde todo gira alrededor de los toros, y se respira un ambiente de lujo.

Por segundo año consecutivo, el empresario José María Garzón ha conseguido contratarlo luego de la corrida de la feria de Algeciras del año pasado. Y eso reviste un logro importante, pues aunque José Tomás decide cuándo, dónde y con quién, si no estuviera a gusto con la gestión de la empresa Lances de Futuro, seguro que no toreaba.

Es ese aire de dueño lo que hace grande a José Tomás, y también lo que genera odios y envidias entre aquellos que no alcanzan a comprender su forma de ver la vida; de sentir el toreo; de fluir delante del toro y, en suma, de torear para sentirse vivo… aunque sea una vez al año ante el público.

Y hasta Granada, como en peregrinación, están llegando los más fieles de su legión de seguidores, esos aficionados que encuentran en la tauromaquia del torero de Galapagar algo muy especial. Y no es que no vayan a los toros en otras ocasiones, o que admiren a determinados toreros, pero cuando se trata de José Tomás, la cosa cambia.

En este formato de corrida, en la que compartirá cartel con el rejoneador Sergio Galán, José Tomás lidiará un total de cuatro toros. Esto no sucedía desde la inolvidable encerrona de Nimes, del 16 de septiembre de 2012, cuando se encerró con seis ejemplares, tan sólo dos más que ahora.

En sus actuaciones más recientes, salvo en la corrida a favor de los damnificados del sismo en la Plaza México, siempre ha preferido matar, por lo menos, tres toros en cada tarde, y por ello se ha acartelado mano a mano.

El primero de ellos en México fue en mayo de 2014 en la plaza de Juriquilla, en la despedida de Fernando Ochoa. Al año siguiente volvió a la monumental de Aguascalientes, donde toreó con Zotoluco. Y en enero de 2016, tocó turno a la La México, con Joselito Adame.

Así que ahora serán cuatro toros los que lidiará en Granada, y esto quiere decir que habrá una posibilidad extendida de verlo disfrutar de la lidia de un toro extra, y de que la gente, que llenará la plaza hasta las banderas, goce una tarde de esas que suelen ser diferentes con la presencia de este artista tan singular.

Esperemos que los toros elegidos para esta corrida embistan, y que José Tomás pueda sacar el sentimiento acumulado en estos 12 meses sin torear en público que, al final, es el que confiere sentido a esa comunión tan emocionante que emana del arte del toreo.