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Cierre de oro en Autlán

Martes, 05 Mar 2019    CDMX    Felipe Aceves | Foto: Pelayo Leal           
Donde Diego cuajó una labor al enrazado sexto toro del festejo
Un lleno hasta la bandera rojiblanca que fue arriada y que volverá a lo más alto del torreón hasta el Carnaval 2020; un encierro importante, serio, con edad y romana, y dos mexicanos que están en un gran momento. Joselito Adame que ha realizado una faena rotunda, de lidiador consumado, de torero cuajado y que además disfruta los retos que, por ejemplo, le planteó en particular el primero de su lote, al que le cortó dos orejas.

Por su parte, Diego Silveti, cada vez más inmerso en un estado espiritual –pero más importante aún– que hoy lo transmitió a la cada vez más enterada afición de Autlán.

Por su parte, el espada español Antonio Ferrera pechó con los arroces de oscuro tono que tuvo el encierro de San Miguel de Mimiahuapam, quien envió a la recoleta plaza "Alberto Balderas"  una corrida brava, con trapío, y emotiva en términos generales.

 Joselito Adame realizó –atinada– labor de brega con "Alma Virgen", un señor ejemplar del hierro guanajuatense que, aunque tuvo muchas virtudes, entre ellas pelear de firme y abajo con los montados, todas y cada una de las embestidas habían de ser bien toreadas.

Así que el inicio de la construcción de la gran obra muleteril de Adame comenzó con sólido, largo y poderoso toreo por bajo,  en el centro del ruedo, la primera serie por derecha fue majestuosa,  siguió en ese tenor por el mismo lado, para enseguida probar el lado izquierdo. Ufff. 

Al principio se vencía el serio ejemplar de don Alberto Bailleres. Retomó el de Aguascalientes la mano derecha, para recrearse –y recrear– al emocionado público autlense, y en el momento oportuno regresar al toreo con la mano siniestra.

Pensaría uno, y con razón es el lado complicado, para qué buscarle tres pies al gato, Adame no pensó por fortuna, de esa manera, tenía que ser más dominador y, pues lo fue con creces. la plaza estaba volcada con el torero, y un parsimonioso, inteligente y poderoso José, se deleitaba con su obra,  se dio el lujo inclusive de un desplante, gran faena, sin adornos superfluos ni vulgares.

Ortodoxia, estética y torería,  cuando vino la estocada, que tumbó al toro, se puso la plaza de cabeza. Sensible –y apuesto que emocionado también (es buen aficionado)– el juez de plaza Javier Medina, no dudo en mostrar el par de pañuelos, así como ordenar un arrastre lento, para el gran toro de Mimiahuápam,  la vuelta fue entre un baño de flores, y prendas de vestir.

Al segundo de su lote, un toro que rodó a momentos por la arena, Adame lo consintió y aplicó la técnica exacta para extraer el fondo de calidad que “Charro enamorado” tenía, y que la falta de fuerza, más lo andarincillo que fue por momentos, nos ocultaba a los legos,  acortó las distancias, se metió entre los pitones y se (nos) recreó con series de mucha valía, desgraciadamente, un pinchazo evitó el corte de un trofeo más,  sin embargo escuchó una fortísima ovación en el tercio.

El sexto de la función, "Tequila", atigrado de pelaje, hociblanco, astifino hasta decir basta, bajito, y de finas hechuras fue un toro excepcional,  bravo –peleó de firme y abajo con los montados– con fijeza, noble, de largo trazo, y emotivo, no fue un bombón, qué va; la bravura nunca ha sido sencilla requería de un torero que supiera capitalizar las emotivas condiciones. 

Desde el toreo de capa, Diego Silveti lo recibió con verónicas sedeñas que de golpe capturaron la atención del público en la labor del guanajuatense,  luego de la fuerte pelea con los de aúpa, el toro llegó con mucho poder aún al tercio de muerte.

Silveti le sometió con toreo poderoso de una rodilla flexionada, templado, muy por bajo, y con gran dimensión, quedó listo el escenario para que Diego bordara una faena que, apenas iba a la mitad del script, cuando comenzaron a albear de pañuelos el tendido,  el de Irapuato estaba embelesado. 

La estética, a pesar del poderío en el trasteo, le llegaba muy dentro a la afición de la ciudad de La Grana, tampoco dudó el palco,  era (es) un toro de vacas,  imponente, a pesar de la aparente ligera romana. De esos indultos en los que no hay duda,  bravo de salida, bravo en la suerte de varas, y bravo, noble con poder y calidad en el tercio final. Enhorabuena a Diego Silveti. Enhorabuena a San Miguel de Mimiahuápam.

Ficha
Autlán de la Grana, Jal.- Plaza "Alberto Balderas". Lleno. Cuarta corrida de carnaval. Toros de San Miguel de Mimiahuápam bien presentados entre los que destacó el 2o. que recibió arrastre lento y 6o. que resultó indultado. Pesos 525, 514, 510, 497, 497 y 465. Antonio Ferrera (verde mar y oro): Pitos en su lote. Joselito Adame (verde y oro): Dos orejas y ovación. Diego Silveti: (sangre de toro y oro): Silencio tras dos avisos e indulto.Incidencias: Diego Silveti indultó al toro No. 448 con 465 kilos. Asimismo, el aspirante a banderillero Pablo Miramontes recibió una ovación tras brega y banderillas al 6o.

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