El picador Mauro Prado, con dolor, angustia y desesperación, ha asimilado el grave percance que sufrió el día 3 de enero en la ganadería de José Julián Llaguno, donde al tentar la séptima vaca sufrió un tumbo que le ocasionó cuatro fracturas en la pierna derecha.

Prado acompañaba ese día al tlaxcalteca Sergio Flores, quien tentaría 11 vacas esa mañana.

"La septima vaca de la jornada, que era mediana, se metió abajo del caballo y le pegó en las patitas, ocasionándole que cayera hacia la derecha, sobre mi pierna que aguantó todo el peso del caballo", recordó el piquero.

"La misma monilla de la pierna fue la que me fracturó la pierna derecha cuando cayó encima todo el peso del caballo. Fueron cuatro fracturas localizadas en la tibia y el peroné, dos más en el tobillo y otras dos más abajo de la tibia", dijo.

Tras el percance fue el novillero Tomás Martínez quien condujo una camioneta en la que trasladaron a Prado hasta la CMQ de Aguascalientes. En principio debían llegar a Fresnillo para su atención, pero al fin torero, le echo valor y aguantó hasta su tierra, donde se internó para ser operado.

Al siguiente día pudo ser operado por el doctor Ruizesparza y parte del equipo médico de la Monumental de Aguascalientes: "Permanecí encamado tres días en la clínica y posteriormente fui dado de alta para poder estar en mi casa. A los 15 días de la operación me quitaron las puntadas y ahora sigue la rehabilitación que podría durar unos tres o cuatro meses, a la espera de que vayan soldando los huesos", agregó.

Al valiente picador de dinastía le colocaron una placa de platino y 14 clavos en la parte afectada de los huesos fracturados:

"Es una cosa muy dolorosa; yo hubiera preferido una cornada porque en 15 0 20 días estas otra vez toreando, pero con una fractura tengo para cuatro meses o más depende como suelde el hueso. Y me siento muy incómodo porque donde te ponen la paca no sabes si lo que sientes es dolor o un ardor muy fuerte

Consciente de la gravedad del asunto, Mauro Prado sabe que son gajes que forman parte del oficio y hay que tomarlo con calma, aunque de repente sí se ha visto muy desesperado porque debe mantener la pierna hacia arriba buena parte del día. Ahora sólo es cosa de tiempo, ser paciente, y recuperarse lo más pronto para volver a torear.

Esta es la segunda grave lesión que sufre un picador mexicano en el campo bravo, conjuntamente con la que tuvo David Vázquez en la ganadería de Pablo Moreno también en los mismos días, pues la suya sucedió el martes 8 de enero.