La amenaza de lluvia se materializó –y vaya de qué manera– a partir de la lidia del quinto toro de la tarde, y la corrida tuvo que ser suspendida a la muerte de este ejemplar, que había correspondido como segundo del lote de Arturo Macías, y se quedaron tres más sin lidiar.

Así terminó la segunda fecha de la feria de Zacatecas, en la que el juego de los toros de San Isidro estaba prometiendo esperanzas de que aquello culminaría de mejor manera. Y si a estas alturas de la tarde no se habían cortado orejas, fue porque tres de los cuatro espadas habían estado erráticos con los aceros.

Paradójicamente, el más nuevo de todos, el que tomaba hoy la alternativa, Ángel Espinoza "Platerito", fue el único que mató de una buena estocada, ejecutada al primer viaje, al toro de su doctorado. De tal forma que ratificó su condición de "matador de toros", tal y como mandan los cánones.

Pero no le entregaron la oreja que pedía al público, la mayoría con silbidos más que pañuelos, y se perdió la posibilidad de verlo triunfar en una fecha tan señalada en su carrera. Es cuestión de acostumbrarse, porque la injusticias, por desgracia, siempre están a la orden del día en esto de los toros.

El torero de la tierra se mostró alegre y variado desde que se abrió de capote ante un toro berrendo en cárdeno, casi ensabanado que en la muleta no fue fácil de templar. Sin embargo, le busco las vueltas, y lo mató de esa buena estocada que ya quedó referida.

El padrino de la ceremonia, que termino calado hasta los huesos por la tormenta, Arturo Macías, había hecho un encomiable esfuerzo delante del primer toro de su lote, al que toreó con entrega hasta que éste se agarró al piso, comenzó a regatear las embestidas y terminó terciándose, hecho que dificultó la ejecución de la suerte de matar y pinchó varias veces.

En el quinto, antes de que arreciara la tormenta, sucedió un extraño accidente: el aspirante a banderillero Carlos Martell le vació el ojo derecho al toro con el arpón de una banderilla al salir de la cara sin poder clavar, un hecho que terminó por echar a perder la intención de embestir que el bonito berrendo en negro había mostrado de salida.

Por su parte, Diego Silveti estuvo centrado delante de un toro enrazado, y exigente, al que toreó con temple y largueza, en una faena vibrante que tuvo pasajes muy buenos. Las mejores series las consiguió toreando al natural, en los mismos medios de la plaza, en las que engancho suavemente las embestidas del toro para llevarlo sometido está detrás de la cadera, en pases tersos y mandones.

A la hora de entrar a matar, tomó la decisión de citarlo recibir, y no fue la más indicada, porque el toro se frenó y es obligó a que sobreviniera un inoportuno pinchazo con el que emborronó el triunfo que ya tenía en su espuerta.

La alegre y carismática actuación de Diego Sánchez ante el cuarto de la tarde, y su albergar esperanzas de algo grande, pues el toro de San Isidro se desplazó humillado y con largueza en el capote del hidrocálido, que cuajó los mejores pasajes de toreo de capote, al torear a la verónica con amplitud de vuelos, cargando la suerte, y sintiendo lo que hacía. 

El hermoso remate, a una mano, con el que abrochó esa serie de buenas verónicas, levantó el entusiasmo de la gente. Más tarde, con la muleta, no alcanzó encontrar del todo los matices para poderle a un toro que terminó defendiéndose, y que había apuntado cosas buenas cuando lo llevó toreado en la línea. Es natural que así sea, tratándose de un torero joven que está en fase de consolidación técnica, pero que expresivamente ya va mostrando sus cartas.

Como mató de una estocada entera, pero desprendida, se esfumó la posibilidad de cortar una oreja. Pero ahí dejó constancia de su proyección, dotada de un valor sereno, que le ayudará a seguir avanzando en esta difícil profesión.

La feria de Zacatecas abrirá un largo paréntesis hasta el próximo fin de semana, en que se va celebrar la tradicional corrida del 16 de septiembre, luego del festival de niños toreros programado del viernes 14. El siguiente cartel lo conforman Octavio García "El Payo", Joaquín Galdós y Luis David, con toros Los Encinos.