El hidrocálido Arturo Saldívar cortó la única oreja de la tradicional Corrida de la Huamantlada, en la plaza "La Taurina", en tanto que el rejoneador Luis Pimentel, Jerónimo e Ignacio Garibay, estuvieron esforzados en sus lotes respectivos.

El tercer toro de la lidia a pie fue el mejor presentado y el que ofreció mayores posibilidades de triunfo. De salida, Arturo  le instrumentó chicuelinas casi en los medios y en el peto empujó con fuerza; la cuadrilla anduvo con los palos sin brújula y entre sobresaltos.

A lo anterior vino la la labor del matador que toreó bien sobre la mano diestra, intentó al natural con poco provecho y se centró en el toreo derechista aguantando y ligando los pases. Agregó manoletinas previas a la estocada pasada que al no hacer efecto inmediato, lo obligó a usar el verduguillo para acertar a la primera, le concedieron un apéndice.

Mostró quietud en los lances del recibimiento al que cerró plaza, el puyazo fue breve y seguido por un quite combinado de chicuelinas y tafalleras. Toreó por alto en el inicio del trasteo y posteriormente por ambos perfiles yendo de menos a más por el derecho rematando cabalmente. Dejó un espadazo muy defectuoso que el público no tomó en cuenta y hubo petición, afortunadamente no prosperó y todo quedó en ovación.

Tuvo Jerónimo la suerte en contra pues se llevó el peor lote, con el que estuvo esforzado aunque notoriamente contrariado; al castaño rebarbo que le correspondió en primer término lo saludó con sedeñas verónicas y con mandiles lo puso en suerte para que viéramos un buen puyazo de Paco Salinas.

Llevó al toro a los medios con suaves muletazos por abajo, luego regaló un ramillete de naturales, pero como el castaño llevaba la cara a media altura y se impuso Jerónimo, se rajó; con media ración de acero desprendida que repitió casi igual, tardó el toro en entregarse le sonaron dos avisos y después pitos.

Discreto de presencia su segundo y muy corto de cuello impedía el lucimiento, después de un puyazo la cuadrilla apenas cumple con las banderillas. Le brindó a Rafael Ortega para luego intentar pararle al morito que se le ponía por delante, viendo lo cual Jerónimo recurrió al toreo por la cara abreviando de estocada entera con travesía y dos golpes de descabello para retirarse en silencio.

En lo que es su campaña de despedida, Ignacio Garibay  tuvo un ejemplar complicado que se revolvía pronto y embestía descompuesto. hubo un puyazo defectuoso que enmendó el piquero de inmediato.

El matador se fue imponiendo y pudo trazar ayudados de buena factura, al cambiarse de mano el toro probaba sin embargo el torero muy en su sitio terminó con toreo por la cara; lo despachó de pinchazo y espadazo entero seguido de silencio.

Anovillado fue su segundo ante el que la labor capotera fue breve; se arrancó con prontitud al caballo y en igual forma salió huyendo al sentir el hierro. En banderillas se lució Ángel Martín González "Lupillo" para dar paso al trasteo; este se redujo a una labor de aliño terminando con medio espadazo delantero. El público que no valoró la labor en su primero, ahora le llamó cariñosamente a dar la vuelta acompañado de "Las Golondrinas".

Va dando muestras de avances Luis Pimentel, al que le tocó un toro de Xajay que fue bravo, resolvió el caballero burlando las fuertes acometidas para dejar un rejón de castigo apenas contrario. Con mayor seguridad se vio toreando aunque con poco tino al clavar banderillas, eso sí las piruetas las ejecutó por partida doble en apretado terreno con aplomo y exposición.

La valiente intervención de los Forcados Mazatlecos les valió lograr la pega al segundo intento por conducto de Martín Cornelio quien fue auxiliado eficazmente por el grupo para llevarse una gran ovación. Pimentel volvió a entrar en acción, pinchó antes de rejonazo contrario con lo que cayó el toro que fue premiado con arrastre lento. El rejoneador invitó al forcado de cara y ambos recorrieron el anillo.