Con sus dos recientes actuaciones en Madrid, Joselito Adame se convirtió en el torero mexicano que más veces ha toreado en la plaza de Las Ventas, y también dentro de la Feria de San Isidro, cuya historia comenzó a escribirse en el año de 1947 gracias a la iniciativa de su creador, el empresario Livinio Stuyck.

Se trata de un logro que merece la pena destacar, si atendemos a la gran dificultad que ha supuesto para los toreros mexicanos abrirse paso en la capital española en las últimas décadas.

Desde que confirmó la alternativa, el 25 de mayo de 2011, a la tarde del pasado 19 de mayo, José ha realizado 15 paseíllos en Madrid, 12 de los cuales han sido en los carteles de San Isidro; una corrida suelta en el resto de la temporada 2011, y dos tardes más en la Feria de Otoño, en los años de 2013 y 2017, respectivamente.

En estas 15 actuaciones, su balance de triunfos es de cinco orejas y varias ovaciones, sobre todo en tardes en las que se ha quedado al margen de cortar algunas otras orejas, o en que le han escatimado la Puerta Grande, que sigue siendo el reto más ambicioso de su carrera.

Cabe mencionar que la mayoría de las comparecencias de Joselito Adame en Madrid han tenido lugar durante la gestión de Taurodelta, empresa que dio un fuerte impulso a los toreros mexicanos en la época en que Manuel Martínez Erice apoderaba a Alejandro Talavante. Las largas temporadas que pasó en nuestro país sirvieron para que desarrollara una sensibilidad especial con México y su Fiesta.

Durante la gestión de la empresa Plaza 1, que dirige Simón Casas, Joselito ha participado en cinco corridas, y seguramente que en los años por venir seguirá sumando fechas en la primera plaza del mundo, ya que su desempeño ha sido favorable y se ha justificado con triunfos.

Al margen del calado de las orejas obtenidas por el hidrocálido, resulta innegable que en varias tardes ha sabido sorprender, como lo hizo el año pasado al entrar a matar sin muleta, un gesto inédito de su variada tauromaquia, o con la faena que le hizo el sábado pasado a "Rondeño", un manso de Alcurrucén del que no se esperaba nada.

Este triunfo servirá, como es habitual, a que José sume más fechas en Europa, quizá tantas como el año anterior en que toreó un total de 21 corridas, con un balance de 30 apéndices; es decir, un promedio de más de una por tarde.

Ahora que cada vez aparecen menos nombres de toreros mexicanos en la temporada del otro lado del Atlántico, el hecho de no cejar en el esfuerzo de alternar sus actuaciones con las de México, reviste una importancia especial en un año en que se espera que su hermano Luis David se abra camino.

Por su parte, Sergio Flores buscará, casi sin apoyos, torear algunas corridas, como la que le ha dado el ayuntamiento madrileño de Rozas de Puerto Real, que al margen de su escasísima relevancia en el grueso de la temporada, no deja de ser una plaza donde el sábado 23 de junio actuarán dos toreros mexicanos en el mismo cartel.

Y eso es digno de tomar en cuenta ante la inexistente reciprocidad taurina que suele circunscribirse al interés de intercambios de las grandes empresas, y con todo y ello, siempre con la parte del embudo más ancha hacia España.