Dando continuidad a algunos triunfos que ha conseguido en el sureste, el torero apizaquense Angelino de Arriaga se alzó esta tarde con un triunfo de salida a hombros tras cortar una oreja en cada ejemplar, mientras que se fueron con las manos vacías Arturo Macías y Gustavo García "Solo", que recibió el doctorado.

Manejando con soltura el capote acariciando las suaves embestidas de su primer ejemplar, un cárdeno acucharado de cuerna y buen estilo que recargó en el caballo de Fermín Salinas;  el quite por chicuelinas tuvo lucimiento mayor al de banderillas que colocó el propio matador con voluntad.

Citó al toro en los medios para dos pases cambiados por la espalda que pusieron el ánimo a tono para el resto del trasteo, empezando por la largueza en los ayudados con la diestra y aunque algo menos los naturales, el nivel logró mantenerlo agregando algo de toreo accesorio  antes de la estocada delantera y caída; la petición fue suficiente para que la autoridad concediera un apéndice.

Apareció el quinto y de nueva cuenta el público jaleó las aseadas verónicas de De Arriaga; luego instrumentó un quite variado donde destacaron las caleserinas y el remate; volvió a banderillerar sin lucirse tanto y enseguida la faena iniciada sujetándose de las tablas se fue a los terrenos de afuera; en esa zona continuó su labor pese a la notoria tendencia del morito a huir, las manoletinas antecedieron a la mejor estocada de la tarde por lo que le entregaron una oreja.

Reapareciendo después de una fuerte cornada, Arturo Macías veroniqueó con el compás abierto y luego a pies juntos abrochando con bonita media, empeñoso fue su quite por chicuelinas que tuvieron ritmo, muleta en mano se recreó toreando sobre ambos lados. Tardo en buscar y conseguir la igualada pinchando en varias ocasiones por lo que hubo dos avisos y luego silencio.

Los lances a la verónica de Macías en el cuarto tuvieron suavidad. Su cuadrilla cubrió con acierto el segundo tercio y con la muleta mostró sus buenos procedimientos al doblarse con oficio de lidiador; ya dueño de la situación, trazó muletazos de gran repercución en el público por los dos perfiles y la media estocada hizo pensar que podía hacer doblar, en efecto así fue aunque después que había sonado un aviso. El toro fue ovacionado en el arrastre y el torero saludó una ovación.

Un sueño hecho realidad fue para Gustavo García el haber tomado la alternativa; se le vio desenvuelto y en general haciendo las cosas con gusto y bien, tanto los pintureros lances de recibo como las navarras del quite le festejaron, su trasteo iniciado por alto aprovechando el buen comportamiento despertó interés en el tendido; señaló un pinchazo antes de una entera ligeramente caída. El toro fue ovacionado en el arrastre y Gustavo fue llamado a saludar.

El sexto tuvo menos alegría y acusó cierta debilidad, sin embargo el nuevo matador tuvo momentos aceptables por el lado derecho, aunque poco le duró el gusto pues le costaba más embestir. Tuvo la idea de abreviar y entró a matar colocando una media estocada atravesada que hizo doblar, el puntillero lo levantó y luego el torero se dio a fallar hasta que transcurrió el tiempo de los tres avisos.