La dehesa de San Martín con divisa en morado y verde, volvió al ruedo de la centenaria plaza “San marcos”, y lo hizo mandando un encierro debidamente presentado, para una de las temporadas novilleriles más importantes no solo de México sino del mundo taurino.

El de mayor antigüedad en el cartel, José María Hermosillo, ha mostrado un avance considerable en su tauromaquia, al grado de verse más que puesto para dar el siguiente paso en su carrera, con un puñado de triunfos importantes que lo avalan para dicha cometida.

“San Marqueño”,  novillo que abrió plaza y que correspondió a Hermosillo, terminó por quedarse corto en sus embestidas, pero enfrente tenía puesto a un novillero que gusta ejecutar el toreo con temple y con valor, sabe dar las distancias y los tiempos correctos, y fue así como poco a poco logró pegar tandas de mucha calidad.

Plantándose muy firme, terminó por estructurar una faena que llegó a los sensibles y perceptibles tendidos de la “San Marcos”. Finalizó su quehacer muleteril con manoletinas muy ceñidas, pero desafortunadamente señaló dos pinchazos que le arrebataron el corte de una oreja.

Ya con su segundo, un novillo muy bien presentado y que se dejó meter mano, le hizo un buen quite por tafalleras, brindó al respetable y de nueva cuenta con la muleta se plató firmemente ante “Sueño de Gloria”, que comenzó a quedarse corto. Entonces, fue que con base en quietud y toreando con la muleta por abajo,  consiguió cortar la oreja tras estocada entera.

Diego San Román se presentó ante la afición hidrocálida, que se mostraba muy a la expectativa, pues eran muchos los comentarios positivos del coleta luego de su triunfo en la pasad edición de la feria de León, y la verdad es que el queretano no defraudo. Con una expresión muy artística en su toreo, con un aire sevillano, sobre todo ante su primero, fue que se le pudo ver toreando a la verónica intercalado por chicuelinas, posteriormente un quite muy ajustado por gaoneras.

Con la montera con los machos clavados sobre el albero, se fue a los medios para comenzar su faena, y fue que pegó dos cambiados por la espalda mismos que entusiasmaron los tendidos, una faena derechista dejando siempre la muleta por delante para conseguir la ligazón.

Puso fin a su faena con una manoletinas rodillas en tierra; sin embargo, con la espada no estuvo certero, utilizó la espada corta y al primer viaje terminó con el novillo. Fue llamado a saludar una merecida ovación.

Mientras que con su segundo, un novillo que no tenía nada, San Román salió a justificar su inclusión en el cartel, y trató de hacer faena; sin embargo, el novillo poco le ayudó, resultó mirón, se quedaba corto y luego se paraba. El queretano lo intentó, estocada entera para terminar con su labor.

Juan Pedro Herrera, tuvo un toreo con mucha variedad con el capote, la muleta e inclusive en el segundo tercio, pues tomó las banderillas en sus dos astados y lo hizo tratando de complacer al respetable, pero sobre todo gustándose.

Pero a la hora de hacer el toreo, se le notó verdor, ese que es normal cuando se torea tan poco, cosa que los novillos finalmente no perdonan y que terminaron por ponerlo en apuros, llevándolo a los lomos en mas de una ocasión y, como es sabido, a la fuerza gana el toro.

Lo rescatable de su actuación, ha sido sin lugar a dudas, las ganas que mostró durante toda la tarde, muy a su estilo y sus maneras, cosa que se agradece.