Con la regularidad que actualmente ha mostrado Arturo Saldívar, lidió al segundo de la tarde que empezó abanto y luego se entregó en la muleta, para que las series pudieran ser ligadas por ambos perfiles fundamentalmente por el derecho, destacando un cambiado por la espalda seguido de dos dosantinas con dominio, tras las que el toro empezara a salir suelto; la estocada  a un tiempo hizo doblar y por insistente petición se le concede un auricular.

Pocas posibilidades hubo de que luciera con el capote en el sexto, eso sí compuso una faena sobre ambas manos que gustó a los espectadores, dado que las embestidas fueron con más claridad aunque después el toro igual salía un tanto distraído. Cerca de tablas ligó varias dosantinas para que el público le reconociera y aunque la estocada fue caída vino la oreja.

Al segundo de Sergio Flores se le notaba la edad y en principio lo fijó con la capa, para que le permitiera construir su trasteo que empezó por el lado izquierdo, vinieron varias series derechistas de gran tersura animando al tendido haciendo que se entregaran con el paisano. Tras rematar una buena serie intercaló un desplante seguido de otros adornos y expuestas manoletinas, previas a la estocada entera bien colocada que hizo efecto. Se concedió una oreja con insistente petición de la segunda a la que el juez accedió.

Pegajoso fue el tercero condición que impidió a Sergio fijar los pinreles al lancear, el toro se fue de inmediato con el picador quien tuvo que actuar cerca de cuadrillas; las complicaciones del animal representaron una prueba para el torero que redujo su labor a faena de aliño para señalar un pinchazo y dejar luego estocada honda con travesía. Sonó un aviso y enseguida Sergio acertó en el primer golpe de descabello y escuchó palmas.

Abrió plaza un cárdeno de fuerza escasa que correspondió a Castella, por lo mismo no hubo mucho de capa y con la muleta intentó torear por ambos pitones ante el poco recorrido de la res; logró momentos meritorios con conocimiento y voluntad, lamentablemente pinchó en varias ocasiones sonando dos avisos y terminando en silencio.

Ante el quinto de la tarde Sebastián dejó ver sus buenas maneras con el capote; luego hizo concebir esperanzas en el inicio de la faena con toreros muletazos de la firma y trincherillas ganando terreno. Hubo calidad en los pases de derecha y ni qué decir por el lado natural teniendo que dejar el engaño en la cara para impedir que el toro se fuera a tablas, sin embargo fue ahí donde pudo ligar las series que empañó por reiterados fallos con el acero, saludando una ovación entre algunas protestas tras aviso.

Fue evidente la falta de sitio de Alejandro López quien animoso se fue a portagayola para recibir al cuarto, tras el puyazo se prolongó el segundo tercio por las dificultades del toro, con el que Alejandro se limitó a cumplir despachándolo de espadazo delantero y caído, se retiró en silencio.

Algo similar ocurrió en su labor ante el octavo de la prolongada corrida, con manifiesta voluntad logró  momentos regulares entre un par de sustos sin consecuencias, pinchó le sonaron un aviso y terminó en silencio.