El invierno americano representa un gran mercado para varias figuras del toreo, que prefieren seguir toreando y no quedarse parados en Europa, dando así a sus respectivas carreras ese impulso necesario para llegar a tope a la temporada que comienza en marzo, el mes de la primavera.

Desde luego que lo hacen aquellos que gozan de ese privilegio porque interesan y son contratado por las empresas americanas, que consideran su presencia indispensable en las grandes ferias de sus respectivos países, siendo Colombia y México, en estas semanas, los que programan más festejos de corte internacional.

Y otros espadas, como el caso de Andrés Roca Rey o los hermanos Joselito y Luis David Adame que, siendo americanos, no desaprovechan para torear en esta orilla del Atlántico antes de volver a Europa a encadenar la siguiente campaña en plazas de España y Francia.

El caso de Julián López "El Juli" es especial, ya que no ha dejado de ir y venir prácticamente desde hace 20 años, con lo que a estas alturas de su brillante trayectoria ha sumado mil 635 corridas, un promedio de 80 festejos por año. Se trata de uno de los matadores más activos de la historia, conjuntamente con Pablo Hermoso de Mendoza o Enrique Ponce, que cada vez trata de abrir más el abanico de contratos en plazas de México.

Por su parte, Sebastián Castella también se afana para seguir vigente en este y otros países como Colombia, que es su segunda tierra, en actuaciones constantes en varias ferias de categoría, como las recientes de Cali o Manizales.

Lo que se echa en falta es que los toreros mexicanos hayan conservado el mercado sudamericano, que desde hace varios años a la fecha está copado por figuras europeas que han sabido meterse en el ánimo del público de la parte sur de nuestro continente.

Y es una verdadera pena porque hace todavía algunos años, los mexicanos ocupaban esos puestos y gozaban de un gran cartel entre la afición de plazas colombianas o venezolanas, con la suma de apariciones puntuales en la temporada de Lima y Quito.

El mundo del toro está cada día más globalizado y la eficacia de las comunicaciones permite a los toreros desplazarse con soltura por los distintos países taurinos en estos meses de amplia actividad.

Asimismo, el público está más enterado de lo que ocurre en las plazas más importantes y eso ayuda a que el aficionado pueda seguir, virtualmente, y de primera casi en tiempo real, los acontecimientos de los toreros a los que admira.

De tal forma que la rivalidad de estar a la altura de las circunstancias siempre es un factor que está presente entre las figuras, sabedoras de que para mantener el caché intacto es preciso seguir triunfando y justificándose en todas y cada una de las plazas donde se presentan.