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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 11 Ene 2018    CDMX    Juan Antonio de Labra | Opinión     
...Y saben que para ganar es preciso apostar fuerte, en todos los...
Los toreros mexicanos están dando la cara en la Plaza México y eso es una noticia que provoca alegría y hasta cierto orgullo. Quizá, ahora más que nunca, son conscientes de que las oportunidades escasean y si no se aprovechan, difícilmente se pueden conseguir más contratos en plazas de provincia, sobre todo aquellos que no están bajo el manto protector de las grandes empresas.

Así que la Temporada Grande está resultando brillante en dicho sentido, pues no sólo los veteranos están dando de qué hablar, como el caso de Jerónimo o Fabián Barba, sino también lo más jóvenes, como Juan Pablo Llaguno, que el domingo anterior solventó la difícil papeleta con mucha torería.

Ahora toca turno a otro torero experimentado: Ignacio Garibay, del que se esperan cosas buenas; y de uno bisoño: Diego Sánchez, que aparecen, conjuntamente con José Garrido, en uno de los carteles más interesantes para el buen aficionado, el que siempre está a la espera que suceda algo diferente, como ocurrió la tarde anterior.

Hace casi tres años que Diego Sánchez se hizo matador de toros en su feria, la de Aguascalientes, y pasó prácticamente inadvertido. Se le vio como un torero más, de esos que ahora se afanan en llegar al doctorado para recibir el abrazo y "colgar el título" en la sala de su casa y dejar de torear.

Sin embargo, en la edición pasada de la Feria de San Marcos, demostró que tiene una gran proyección, tanto por su valor como por su expresión. Y tal vez lo que más impresiona de su estilo es ese desparpajo juvenil con el que desafía al destino, aderezado con un valor sereno de mucha plomada en las zapatillas y un trazo profundo.

En la Feria de Zacatecas fue el máximo triunfador, donde en una sola tarde, se alzó, de golpe, con un importante triunfo de dos orejas ganadas a ley. Y por eso su inclusión en el cartel de este domingo reviste un especial atractivo, ahora que viene a confirmar la alternativa luego de haberse quedado anunciado en la campaña anterior en aquella corrida que se canceló de último momento.

Si los toreros con más años de alternativa están tratando de consolidarse como "primeros espadas" para ser considerados en otras corridas por delante de las figuras extranjeras, los más jóvenes no pueden dejar pasar la oportunidad de mostrarse y enviar un mensaje de que ahí están ellos para completar los carteles.

Y es precisamente la Plaza México el mejor escenario para demostrar una actitud decidida, capaz de sorprender al público para abrirse camino. Porque a reserva de las condiciones de los toros que les toquen en suerte, son ellos, los encargados de revalorizar sus acciones dentro de la riesgosa "bolsa taurina".

Los toreros son, en suma, los mejores inversores de sus acciones. Y saben que para ganar es preciso apostar fuerte, en todos los niveles, todas las tardes, ya que la exigencia actual del público es verlos competir sin darse cuartel. Eso es lo que están haciendo los nuestros.


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