El encierro de De Haro fue lo más destacado de la novillada celebrada este sábado en la plaza "Ranchero" Aguilar, de Tlaxcala, de tal suerte que el ganadero Antonio de Haro saludó una sonora ovación desde el tercio al término del festejo.

El público llamó al ganadero para reconocerle el haber enviado novillos con el sello de la casa es decir la bravura, que provocaron emociones a lo largo de la tarde dando mérito al desempeño de los toreros.

Abrió plaza un novillo muy bravo que remató con fuerza en los burladeros. José María Macías lo entendió desde los buenos lances a la verónica acompasados, la pelea en varas no se hizo esperar pues empujó duro el cárdeno.

El huamantleco se fue imponiendo desde los muletazos por abajo doblándose bien para trazar el camino; no era nada fácil, había que estar muy firme y llevarlo con temple; fue lo que hizo José María por ambos lados con la respuesta pronta del tendido.

Había dado muestra de que está para empresas mayores y tenía un premio asegurado, lamentablemente la estocada quedó abajo. El público aquilató lo hecho por el torero que agradecía la ovación enrabietado desde el burladero tras las palmas al novillo, pero lo llamaron con gran fuerza a dar la vuelta al ruedo de esas que ya poco se ven, el novillero emocionado con lágrimas en los ojos por la entrega de la gente, seguro lo saboreó más.

A Gerardo Sánchez le correspondió otro bravo al que recibió con la tlaxcalteca viéndose luego apurado en los lances, la cuadrilla a la deriva en banderillas dando paso al trasteo de Gerardo con altibajos y desarmes terminando con valientes manoletinas. Vinieron varios pinchazos y dos avisos antes del descabello, silencio para el novillero y palmas al novillo.

Recibió Ulises Sánchez al tercero con farol en tablas y verónicas sin mucha quietud, en cambio dibujó una media patijunto al rematar. Voluntarioso clavó dos pares y pidió el cambio. En el tercio final unas cosas le salieron otras no como el desempeño con los aceros que le significaron también un par de avisos.

Embarullado con la capa estuvo Manolo Astorga mientras, Juan Carlos Paz bombeó en varas. Vinieron tres pares del aspirante Diego Macías con acierto y exposición por lo que fue llamado a saludar la ovación. Astorga se desdibujó ante otro buen novillo que fue arrastrado lentamente tras haber sonado un aviso para el torero.

Rafael Soriano recibió a portagayola al quinto sin confiarse con la capa; clavó regular los palitroques y su trasteo que empezó bien lo dejó caer. Un abaniqueo por la cara y estocada honda algo atravesada, le entregaron una oreja al ser protestada dejó a un subalterno, después que el novillo era ovacionado.

 El lunar del encierro correspondió al también huamantleco José de Alejandría, con poco rodaje estuvo voluntarioso dejando algunos detalles estimables ante las condiciones del novillo que salía suelto, al pinchar terminó su labor en silencio.