Los debutantes Daniel Luque, que cortó dos orejas, y Fermín Espinosa "Armillita IV", con una, han caído de pie ante la afición del coso de la "Vicente Segura", esta tarde al celebrarse la primera corrida de la Feria de Pachuca, mientras que Juan Pablo Sánchez ha cortado otro trofeo, que le fue protestado.

La asistencia esta tarde a los tendidos disminuyó un poco en relación con el primer festejo, y los que fueron, aguantaron bien un frío como si se tratara del de diciembre.

Otro debut fue el del hierro de Pablo Moreno, que no tuvo el mismo tenor de afortunado que el de los diestros. Primero, porque aunque eran cinqueños, en presentación dos de ellos fueron apenas justos. Segundo, porque en juego fueron también justos de bravura, nobles, a veces rayando en la sosería, sin decir que acometieron con la cara a media altura, sin clase, salvo el sexto, que metió un poco más la cabeza. Mérito hay que mencionar, eso sí, todos estaban astifinos.

Se presentó en este ruedo el hispano Daniel Luque, que sustituyó al herido José Garrido, y sus credenciales de presentación no fueron menos sino el oficio y el buen concepto del toreo. Su primero fue aplaudido de salida, y con la muleta inició por alto su labor. Ejecutó muletazos con la diestra, que tuvieron buen gusto, que más tarde se convirtieron en medios pases al venir a menos la res. Batalló con el aire, y se sobrepuso a esa adversidad. Vino otra tanda de ayudados con calidad, que llegaron al tendido, por lo que tras dejar certera estocada, se pidió una oreja con fuerza.

Con el segundo estuvo discreto con el percal, y destacó su cuadrilla, Jorge Morales en varas, que fue aplaudido, y Juan Contreras en banderillas. De muleta, ante otro astado noble, que repitió con fijeza aunque con la cara a media altura, estuvo esforzado y por momentos, con todo y el aire que molestó, dio la impresión de hacer las cosas fáciles. Se dobló y dejó una estocada apenas trasera, que le valió el corte de la segunda oreja.

El otro triunfador fue Fermín Espinosa “Armillita IV”, que como dato al calce, su padre toreó de sus últimas corridas en este coso, en 1993. Saludó con una larga de rodillas en tablas al tercero, y de pie lanceó a un astado que echaba las manos por delante. Dos puyazos en un mismo encuentro con el caballo, recibió el astado, por lo que hubo protestas marcadas. Con la muleta, inició su trasteo de rodillas, ganándose el favor del público.

De pie hubo calidad en los ayudados, luchando el diestro contra el aire molesto que movía como bandera el engaño. Por el izquierdo metió al burel y logró naturales estimables y de calidad que llegaron a la concurrencia. Epilogó con una serie de manoletinas, y luego de cobrar una estocada en todo lo alto, cortó una oreja.

Con el que cerró plaza estuvo bien al torearlo con el percal. El animal había hecho amagos de brincar al callejón, y en banderillas acusó más esa condición, así que le echó valor al asunto y Juan Ramón Saldaña, que resolvió con un sesgo hacia afuera en el tercer par, siendo reconocido. De muleta se hizo bien de la res, que rodó lastimosamente por la arena en dos ocasiones, después se repuso y logró el torero cuajarle ayudados también con empaque, a este animal que como todos, y como ya se apuntó, acometió con la cara a media altura.

Hubo una tanda de cambiados por la espalda sin el ayudado, que gustaron, dejando una estocada caída. Se pidió una oreja, que atinadamente el juez, ahora sí,  no otorgó, dando a cambio una merecida vuelta al ruedo.

Juan Pablo Sánchez reaparecía en este escenario, teniendo una labor con altibajos ante el que hizo sexto. Bregó a un astado abanto de salida, que sólo recibió un puyacito. Con la muleta, con un toro que metió más la cabeza que el resto del encierro, por momentos no le cogió la distancia a la res, aplicando “el encimismo”, pero cuando le dio aire al animal, éste repitió claro, incluso largo en su recorrido por momentos, siendo el punto más emotivo cuando el diestro ejecutó dos muletazos en redondo, rematados con uno de pecho de buen concepto, que puso de acuerdo a la asistencia. Instrumentó manoletinas previamente a dejar media estocada tendida, y golpe de descabello. Hubo petición de oreja, que la tibieza del juez hizo concederla, pero cuando la tuvo en la mano el torero, la gente protestó, por lo que optó por aventarla al público.

Ante su primero, un astado diferente de tipo respecto de los demás, estuvo voluntarioso, luchando contra el aire, logrando algunos buenos pasajes ante un astado que tuvo media acometida y, también, lo fue a media altura. No estuvo acertado con el acero y hubo silencio cuando se retiró a la barrera.

Los Recortadores Españoles abrieron el festejo, que estuvieron como siempre entregados y reconocidos por la afición.

Como dato, a la hora del sorteo, las autoridades fueron restringidas para pasar a las corraletas de la plaza, "por órdenes del señor Saulo Flores", dijeron. Punto malo para la empresa, que en su carácter de organizadora, debe brindar todas las facilidades a las autoridades, que tienen un nombramiento y representan en este caso al ayuntamiento, por lo que es libre su acceso. Ese tipo de detalles sin duda tienen que cuidarlos