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El Zapata brilla en el festival de Pachuca

Domingo, 08 Oct 2017    Pachuca, Hgo.    César Montes | Foto: Cervantes          
Cortó una oreja, de igual manera que Gerardo Adame y Antonio Lomelín
Tres orejas de distinto peso, se cortaron esta tarde, en lo que ha sido el arranque de la Feria Internacional de Pachuca que, dentro del desigual juego que tuvieron los toros de El Rocío, sobresalió el corrido en cuarto lugar, y que a la autoridad se le pasó ordenar de menos un arrastre lento.

La entrada se puede decir que fue aceptable, pero para el cartel variado y atractivo que se ofrecía, y sobre todo que era con motivo de una causa noble, como la de ayudar a la gente desvalida en este momento en nuestro país, quizá tenía que haber otra respuesta.

Lo cierto es que este primer festival que se daba dentro de una feria en la historia de la monumental "Vicente Segura", tuvo matices de interés que hicieron sin duda que la asistencia saliera contenta.

La ganadería debutante en este ruedo, El Rocío, mandó del encierro cuatro astados cinqueños, que ya en juego, en conjunto, tres de ellos sacaron complicaciones, con uno que hizo tercero que fue noble y con fijeza, pero sobre todo el cuarto, dieron la nota alta, sobre todo este último, que fue bravo, con mucha emotividad que, repetimos, al juez de plaza se le pasó de noche ordenar de menos un arrastre lento.

No que había pasado en el ruedo algo que despertara aún a la gente, hasta que Uriel Moreno "El Zapata" la espabiló con su intervención. Ejecutó tres largas de rodillas en tablas, pasando algún apuro en la última. Después realizó un quite por chicuelinas, pero sobre todo hizo bullir a la plaza en el tercio de banderillas, que tras ejecutar el Par Monumental, un violín y un cuarteo que le resultaron espectaculares, dio con fuerza la vuelta al ruedo, en algo que ya pocas veces se ve hoy día.

Con la muleta comenzó su trasteo de rodillas, preludio de una faena que transmitió al tendido, en el que hubo toreo templado, ante un animal que tuvo calidad, fijeza y repetición. Señaló un pinchazo antes de dejar una estocada caída, suficiente para que no fuera rigorista el palco y concediera una oreja.

Gerardo Adame venía por tercera vez a este coso. No se acomodó al lancear a un astado cornalón y con mucho contenido, que arrancaba de largo galopando con emotividad a los cites. En la muleta hizo su esfuerzo y estuvo empeñoso, pero esto no compaginó con la falta de bagaje del torero, derivando en que no aprovechara a cabalidad a un astado que iba y venía como si fuera de cuerda, con emoción y transmisión, en tandas que si bien por momentos tuvieron empaque los muletazos, en otras le faltó templar a la res, desluciendo la suerte.

La bravura del animal no le perdonó al diestro el error de adelantar la suerte, por lo que fue maromeado en una ocasión, y luego achuchado, y ganándose aún más el favor de la concurrencia. Entró a matar dejando media estocada, y herido de muerte, la res siguió al torero todavía con pujanza. Hubo una minoría la que pidió la oreja, que se concedió, pero cuando el torero tuvo en la mano el trofeo, el grueso del público la protestó. Cuestión aparte es, ¿qué necesitaba ver el biombo que no ordenó un arrastre lento que bien merecía el astado? En fin.

La tercera oreja la cortó por su férrea voluntad, pero sobre todo, por la estocada que cobró, Antonio Lomelín, al que cerró función, un astado alto que fue escandalosamente manso en su pelea en varas, y con el que el torero se dobló en el inicio de su faena, luego de un brindis emotivo a los presentes, con la bandera de México en la mano derecha. Intentó la faena y sólo pudo extraer dos tandas con la diestra, ya que por el pitón izquierdo el burel era intocable.

El animal comenzó a orientarse y Lomelín lo lidió pulcra y dignamente. La estocada la cobró con verdad, saliendo de la suerte con un fuerte golpe en el vientre, saliendo el toro herido de muerte, rodando patas arriba literalmente.

Reaparecía en este ruedo un torero bien conocido de esta afición, y también consentido, como es Rafael Ortega. Le correspondió lidiar a un espectacular jabonero claro, que fue picoso de salida, por lo que el torero no se acomodó del todo con el percal. Cubrió el segundo tercio con dos pares, y con la muleta intentó la faena, pero ésta no remontó.

El torero no estaba convencido, y el animal luego de que solo permitía tres muletazos pues al siguiente se orientaba y buscaba lo que había detrás del engaño, decidió el torero abreviar. Escuchó palmas al irse a la barrera, luego de pasaportarlo de estocada caída.

Alfredo Ríos "El Conde" también reapareció, y por pundonor, no paró, pues las cosas tampoco las tuvo fáciles: ya desde el capote el astado no terminaba el recorrido y echaba las manos por delante. El toro fue muy mal picado y el tercio de banderillas fue un desastre. De muleta estuvo tesonero y firme, ante un animal que no humillaba ni pasaba completo.

Lo entendió y plantó cara, y le extrajo tres tandas en las que se sentía el peligro, pues el astado tuvo guasa, siempre en actitud de quererse desengañar y buscar un descuido para echarse a los lomos a lo que tenía enfrente. Abrevió entonces, lidiando bien a la res, y dejando un pinchazo y una estocada caída, que hubo quien no se la perdonó, por lo que se escucharon algunas protestas entreveradas con otros aplausos.

Angelino de Arriaga regresaba luego de que se había presentado apenas en el pasado mes de septiembre, donde polemizó con un indulto. Ahora no repitió color pese a su voluntad. Saludó al que hizo quinto con tres largas de hinojos en tablas, y siendo aplaudido el varilarguero Moisés López, por el buen puyazo que señaló. Banderilleó y fue reconocido por la afición.

En tanto, con la muleta, tardó en entender a la res, y cuando lo hizo, logró buenos momentos, dibujando tandas con la diestra que tuvieron temple y gusto, pero que apenas calaron en el público. Sonó pronto el primer aviso, cuando apenas se iba a tirar a matar, señalando seis pinchazos, que eso sí, fueron en lo alto, y finiquitando al burel al tercer empujón con el descabello, cuando estaba a punto de sonar el tercero.

Ficha
Pachuca, Hgo.- Plaza "Vicente Segura". Festival. Primer festejo de la Feria de San Francisco, a beneficio de los damnificados por los sismos. Toros de El Rocío, de juego desigual, de los que destacó el 3o. Rafael Ortega: Palmas. Alfredo Ríos "El Conde": Silencio. Uriel Moreno "El Zapata": Oreja. Gerardo Adame: Oreja. Angelino de Arriaga: Silencio tras dos avisos. Antonio Lomelín: Oreja.Incidencias: Al finalizar el paseíllo se rindió un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los sismos.


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