Banners
Banners
altoromexico.com
Banners

Anecdotario de Giraldés: Un pícaro

Jueves, 20 Jul 2017    Tijuana, B.C.    Valeriano Salceda "Giraldés" | Opinión   
...comenzó a lanzar insultos en contra de las autoridades y a decir...
Juan Pastor "El Barbero" fue un matador de toros que llamó la atención de los públicos no solamente por sus actuaciones en la plaza, sino también, principalmente, por las barbaridades que hacía. Nació en la provincia de Sevilla, en Alcalá de Guadaira, en el año de 1809. Y se apodaba "El Barbero" debido a que su padre era al propietario de la peluquería del pueblo.

Ingresó en la Escuela Sevillana como discípulo de Juan León y se casó con una de las hermanas de su maestro, que en seguida lo colocó en la cuadrilla. Cúchares y Juan Yust eran los otros dos banderilleros.

En aquellos años, a principios del siglo XIX, y también del toreo a pie, se acostumbraba que los matadores cedieran un toro a alguno de los banderilleros de su cuadrilla. Era algo admitido, nadie lo protestaba.

Juan Leon, siguiendo lo establecido, con frecuencia daba a los subalternos la oportunidad de torear con la muleta y matar a los toros que a él le habían correspondido.   

A Cúchares y Yust les molestó que a partir del matrimonio de El Barbero, su matador protegiera constantemente a su cuñado, dejándole los toros propicios al lucimiento. En cambio, para ellos eran siempre los más difíciles y peligrosos.

Para contentar a Cúchares y Yust, Juan León tuvo la idea de cederle a su cuñado uno de esos toros a los que ningún torero deseaba enfrentarse. Y llegó el día en que se presentó dicha oportunidad. Fue en la plaza de Trujillo: apareció en el  ruedo un toro enorme que, desde su salid, mostró un malísimo estilo, y al avanzar la lidia se ponía cada vez peor.

En el segundo tercio, Cúchares y Yust pasaron grandes fatigas para colocar las banderillas, y lo hicieron de cualquier manera, un palo cada uno. Cuando tocaron a matar, Juan León tomó muleta y espada, llamó a su cuñado y le entregó los trastos. El Barbero quiso devolvérselos y empezaron a discutir pero fue inútil, pues León no cambiaba de opinión. Así que El Barbero le dijo: "no mataré a este toro, Juan... y no tienes idea de la que voy a formar ahora mismo. Vas a ver", le advirtió.

Entonces, se fue hacia el palco de la autoridad. Ahí estaba el alcalde, que era un personaje muy querido y respetado. En lugar de pedir permiso para dar muerte al toro, lanzó groserías acerca de las mujeres de Trujillo: "Aquí, en este pueblo, no hay mujer decente, y las más golfas son las de la familia de usted, empezando por su madre", dijo en tono retador.

Aquello no podía tolerarse. Intervinieron los guardias de inmediato para apresarlo. Juan Pastor "El Barbero" durmió esa noche en la cárcel… pero se libró de matar a aquel marrajo.


Comparte la noticia


Banners
Banners